lunes, 30 de agosto de 2010

No hablen tanto




Crónica del presente //
Euclides Gutiérrez Félix

El diccionario de la Real Academia de la Lengua Española dice: “Prudencia, una de las cuatro virtudes cardinales, que consiste en discernir y distinguir lo que es bueno o malo, para seguirlo o huir de ello. Sinónimo templanza, cautela”. Y define también la palabra Discrecion: “Sensatez para formar juicio y tacto para hablar u obrar. Don de expresarse con agudeza, ingenio y oportunidad. Reserva, prudencia, circunspección”. Definiciones que el autor de esta columna quiere recordarle a sus compañeros de partido, del Partido de La Liberación Dominicana, que fundó Juan Bosch, el más grande maestro político que ha tenido América. Prudencia y Discrecion, dos virtudes cardinales que deben servir de guía permanente a nuestros compañeros, particularmente a aquellos que desempeñan funciones públicas sin importar la jerarquía.

¡No hablen tanto, por Dios! si cabe la exclamación, impropia de una persona que es un libre pensador como el autor de esta columna. No hablen tanto compañeras y compañeros. No se dejen provocar y no se conviertan en imitadores y en segundas partes de las docenas de los graduados en el “galloloquismo” que en los medios de comunicación radiales y televisivos, desde las cinco de la mañana, todos los días hablan, inventan, improvisan, creyéndose que son maestras y maestros en todo y en la triste realidad de la verdad no saben de nada. Mienten, difaman, calumnian y galopan como la caballería de Atila, el Rey de los Hunos, que por donde pisaba no crecía la hierba jamás. No hablen tanto y limítense a defender al gobierno del PLD que encabeza Leonel Fernández Reyna.

La advertencia y súplica, si cabe la expresión, alcanza también a las autoridades militares, policiales y judiciales de la nación sin importar sus jerarquías. No hablen tanto por Dios. Las Fuerzas Armadas tienen sus voceros propios; del Ejercito y la Marina de Guerra y la Fuerza Aérea. La Policía Nacional tiene un encargado de relaciones públicas y los funcionarios del Poder Judicial, particularmente los del Ministerio Publico, no están obligados, desde el Procurador General de la República hasta el Fiscalizador de un Juzgado de Paz, para hablar y a hablar todos los días en la mañana, en la tarde y en la noche.

No es intención dar lecciones a nadie, es simplemente interés de un ciudadano de este país, preocupado profundamente por el desorden de las declaraciones, comentarios e informaciones que como ola increscendo está arropando a la familia dominicana, alejándola de la tranquilidad, el respeto y la confraternidad familiar.

Santo Domingo, R.D., lunes, 30 de agosto de 2010
 
http://www.elnacional.com.do/opiniones/2010/8/30/58916/CRONICA-DEL-PRESENTE
 
http://www.presenciadigitalrd.blogspot.com/

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