martes, 7 de septiembre de 2010

¡Así se escribe la historia!







Tony Raful

Cuando el coronel constitucionalista Emilio Ludovino Fernández visitó al profesor Juan Bosch, unos días antes del desembarco del héroe de abril, coronel Francisco Caamaño, no sólo le expresó que Caamaño no contemplaba regresar al país en esos momentos sino que éste, el coronel Caamaño, veía con buenos ojos la labor que desarrollaba Bosch y la línea política del PRD. Al provenir dicho mensaje o testimonio de un hombre que había estado en Cuba Socialista recientemente, que se había entrevistado con Caamaño, y era hermano del héroe y mártir constitucionalista, el inolvidable coronel Rafael Tomás Fernández Domínguez, inspirador y guía del movimiento insurreccional en los cuarteles, el profesor Bosch entendió que Caamaño había desistido de la idea del desembarco militar, probablemente ante la caída de su aparato urbano en desigual y heroico combate, y el aparente desistimiento de la revolución cubana, en esos años, de persistir en el plan original de apoyo ilimitado a los esfuerzos de Caamaño para liberar a su país. Todavía más: el haber comunicado el coronel Fernández, el beneplácito de Caamaño a la línea política del PRD, suponía cierto nivel de identificación, con la labor de educación política, formación de círculos de estudios, combate cívico contra los desafueros del régimen del Presidente Balaguer y lucha resuelta contra la reelección presidencial, con vistas al establecimiento eventual de un gobierno de dictadura con respaldo popular.

Rafael Tomas Fernandez Dominguez y el profesor Juan Bosch.

El profesor Bosch estimó que el fracaso de 1969-70, cuando intentó ir a Cuba, para entrevistarse con Caamaño y exhortarlo a que abandonara sus planes insurreccionales, presentándose como líder tercermundista en otras partes del mundo, fracaso que no solamente sufrió él, sino también Narciso Isa Conde, que logró verlo y le propuso su reaparición en Viet Nam, igual que el alto mando de la revolución cubana, al cual le resultó imposible hacerlo cambiar de opinión a pesar de los esfuerzos directos y las presiones a que fue sometido, podría haber experimentado un cambio debido a la mudanza en la correlación de fuerzas internacionales que en esa coyuntura inducía a albergar ilusiones con el experimento del camino pacífico al socialismo del presidente Allende en Chile.

Coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó.

Bosch aquilató las expresiones transmitidas por Fernández de “saludar “la línea política del PRD como indicio de que Caamaño podría estar reconsiderando la posibilidad de un reencuentro con él y restablecer las relaciones suspendidas o finalizadas, como consecuencia de haber asumido Caamaño su propio proyecto de liberación al quedarse en Cuba, cuando el acuerdo hablado había sido aceptar una visita por quince días para observar el proceso social revolucionario cubano. Lo que se produjo entonces fue una contradicción insalvable entre ambos, porque, hasta que se produjo esa visita a Cuba de noviembre de 1967, Caamaño representaba un liderazgo militar subordinado al liderazgo político de Bosch, pasando, en el momento en que decide quedarse en Cuba y organizar su propio proyecto, a dos liderazgos paralelos, en virtual competencia, con independencia de criterios y decisiones. La llegada de Caamaño fue precedida por la desinformación sin contactos ni enlaces para coordinar acciones de respaldo a su acción guerrillera. Caamaño sabía entonces que Bosch de ninguna manera se alistaría en una empresa de esa naturaleza. Sabía que Bosch no lo apoyaría porque éste había delimitado los campos en relación con una posible operación militar, y sabía que Bosch no subordinaría su liderazgo al suyo, por ello envió con Fernández la información equivocada, jugando en gran medida al factor sorpresa, objetivo logrado, que iría acompañado, una vez en territorio nacional, de la información de su llegada, lo cual debía generar un movimiento espontáneo de masas en su apoyo, ante el cual, se suponía, ni Bosch ni el PRD podrían negarse por sus repercusiones históricas, por los compromisos sellados con sangre en lucha por soberanía nacional y la constitucionalidad. El doctor José Francisco Peña Gómez estaba identificado plenamente con la posición de Bosch y había sido exponente de esa posición definitiva de ruptura con Caamaño en la entrevista con Lalane en Roma en 1968. No pudo ser bajo ninguna circunstancia el desembarco de Caamaño el detonante, ni la causa de su separación con Bosch.

Ni siquiera la carta a Balaguer, en la que Peña Gómez intercede por su vida ante el inevitable desenlace que se esperaba, fue el motivo de esa ruptura entre estos dos grandes líderes. Ni Bosch ni Peña Gómez alentaron la posibilidad de embarcarse en el apoyo de las masas del PRD a Caamaño. En la reunión celebrada por el PRD al conocer la llegada de Caamaño, antes de que irrumpiera la Policía, tanto Bosch como Peña Gómez, con el apoyo de la dirección reunida, acordaron desligarse de ese desembarco, evadir la persecución y enfrentar a través de las denuncias los intentos de involucrar al PRD en la acción de Caamaño. Entonces, si en 1973 Bosch y Peña Gómez estaban unidos e identificados y coincidían en la línea política del PRD, y coincidieron en no apoyar con la fuerza de las masas perredeístas el arribo de Caamaño, ¿cuál fue la causa de su rompimiento? Nuestra tarea es demostrar que no hubo ninguna razón ideológica ni política fundamental para que se produjera ese divorcio de líderes, que desmanteló el frente liberal histórico de la nación dominicana, posibilitando caricaturas de gobiernos, con mayor o menor nivel de adecentamiento, hasta lograr finalmente la desaparición del norte histórico y la entrega y claudicación, sin disparar un tiro, de los ideales y aspiraciones progresistas de Juan Bosch y José Francisco Peña Gómez.

Santo Domingo, R.D., martes, 07 de septiembre de 2010

http://www.listin.com.do/puntos-de-vista/2010/9/6/157884/Asi-se-escribe-la-historia

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