lunes, 25 de junio de 2012

Un sistema fiscal complaciente


Félix Santana García 

Hace tiempo que en República Dominicana se debate el tema de los ingresos y gastos que los gobiernos que han administrado el Estado perciben mediante tributos y la manera de cómo los aplican en gastos corriente y de capital, pero pocos tratan con responsabilidad la equidad y justicia con que los mismos deben ser recaudados y gastados. 

No es un secreto para nadie que el sistema tributario dominicano ha estado plagado de un sin número de irregularidades y favoritismos a favor de sectores económicos, sociales y políticos, cuando lo que debe ser es, lo Cesar es del Cesar y lo que es de Dios es Dios. 

Si bien es cierto que en la tierra de los vivientes debe buscarse consenso de todo cuanto existe en la viña del señor a los fines de que a cada quien le toque lo que le corresponde, no menos cierto que hay preferencias e intereses a proteger en perjuicio de los más necesitados, al aplicarse la ley del más fuerte. 

En estos días en el país se discute la aplicación de una nueva reforma tributaria. Diferentes expertos en materia impositiva, gastos, economía y finanzas ha externado sus pareceres sobre el tema a raíz del continuo y sostenido déficit fiscal que han caracterizado las finanzas públicas del país en los últimos años. 

Algunos defienden la idea de que se deben incrementar los ingresos a través de un aumento de las tasas impositivas o ampliar la base imponible del ITBIS, control y mejora la calidad del gasto, otros propugnan porque no se cobren más impuestos, que haya amnistía fiscal, siendo la opinión más socorrida la se refiere a que se aplique una reforma fiscal integral, es decir, que toque tanto los ingresos como los gastos. 

Pero también se habla de que se aplique un sistema de impuestos de tasa única a los fines de disminuir la evasión fiscal y por ende aumentar las recaudaciones con menor riesgo. 

Al mismo tiempo sectores conscientes de esta realidad denuncian el alto dispendio de los ingresos en gastos de nóminas en los Ministerios de Agricultura, Relaciones Exteriores y otros estamentos del gobierno, gastos en publicidad, viajes, honorarios, teléfonos, compras innecesarias, exenciones y evasiones de impuestos al granel. 

Sin lugar a dudas la preocupación existe con o sin hipocresía por el deterioro que han experimentado las finanzas públicas, acentuado en las deficientes gestiones administrativas de los gobiernos del Partido de la Liberación Dominicana (PLD). 

Hasta que no se corrijan las irregularidades y debilidades administrativas que afectan el sistema fiscal actual, donde impera la complacencia, la componenda, la influencia, el grupismo, el padrinazgo, corrupción y falta de transparencia. 

De nada serviría la aplicación de una nueva reforma fiscal sustentada en mayor presión fiscal y control del gasto si no se corrigen las distorsiones y debilidades imperantes en el sistema fiscal actual, pues sería como llover sobre mojado. 

Santo Domingo, R.D., lunes, 25 de junio de 2012. 

No hay comentarios:

Translate