jueves, 12 de agosto de 2010

Gobernar con los corruptos





Pelando el plátano //
Luis Ma. Ruiz Pou

"Confío en que mis compatriotas y el mundo entero puedan evaluar justamente mi conducta, y decidir si alguno se ha encontrado jamás en mis circunstancias, si alguno me ha excedido en sacrificios por la patria” (Simón Bolívar).

Cuenta Hesíodo en la Teogonía que cuando Prometeo robó el fuego del cielo, Zeus no sólo castigó su persona sino a la humanidad. “La cólera conmovió todo su corazón en cuanto vio resplandecer entre los hombres el brillo del fuego. Y a causa de este fuego, los hirió con una pronta calamidad” (Carlos Silva. Gobernar con los santos). El castigo divino fue Pandora: “el amor a la riqueza, la curiosidad y el deseo sin límites que destapan la caja de todos los males” (Ibídem).

“La corrupción viene definida como soborno, coima o peculado, es la acción y el efecto de corromper; es sinónimo de abuso, desorden, cohecho, seducción, depravación, perversión y desmoralización. Aplicando tales acepciones al campo social o político y para efectos didácticos, decimos que corrupción es el acto a través del cual un funcionario público violenta las normas del sistema legal imperante, para favorecer intereses particulares o de grupo a cambio de un beneficio o recompensa para sí o para terceros. Corrupto es por lo tanto el comportamiento desviado de aquel que ejerce un papel de esta naturaleza en la cosa pública y corrupción es un modo particular de ejercer tal influencia o abuso ilegal.” (Javier Zavala. Corrupción política).-

Jurar que se va a gobernar con los más capaces es una promesa inmoral cuando no se determina el contenido de la capacidad requerida. Gobernar con los amigos, con los más cercanos, con los asesores familiares o privados, con los testigos, es gobernar con los cómplices de las indelicadezas.

La corrupción ha acompañado al hombre en su historia, es en las últimas décadas del siglo XX cuando los casos conocidos han sido inauditos; de ahí que uno de los reclamos básicos de toda sociedad es la atención que debe recibir de su gobierno para eliminarla. Para Transparencia Internacional la corrupción es la principal enfermedad de los gobiernos.

La pobreza moral expresada en la corrupción cual pan nuestro de cada día, existe en todos los países del mundo. Y es que en muchas sociedades, estas indelicadezas se ven como algo normal. ¡¡¡Mal de muchos, consuelo de tontos!!! -Este concepto cómplice, lo usamos todos los días para aceptar como normal la clamorosa ausencia de valores cívicos.

La causa inevitable de la corrupción es la conducta deshonesta del actor público. Ésta se da porque un individuo, sea cual sea su entorno, toma la decisión de realizar una acción determinada, la acción corrupta.

Un ejemplo de ello, los constituyó la creación del famoso Programa Mínimo de Empleos (PEME), que fue alimentado de la cuenta especial manejada por el presidente Leonel Fernández, conocido como 14-01. Con esos fondos se pagaron a dirigentes barriales y comunales de los sectores más pobres del país para neutralizar protestas. En aquella ocasión Leonel dijo que prefirió “Pagar, para no pegar”; pero agregó algo más: “Para mi campaña acepto dinero de donde provenga”.

Por eso, su actual administración, ha registrado el escándalo de corrupción más inusual, compitiendo con los gobiernos de Lilís, Trujillo y Balaguer.

Es que cuando la "persuasión" no funciona, los gobiernos mediáticos tienen otra estrategia para lograr su reino de popularidad; promover prácticas de consenso por medio de la presión política sobre periodistas y medios disidentes (o la amenaza y el chantaje. Hay grandes cosas que se salen de las manos.

“Cuando la avaricia aparece ante el hombre, éste la asimila y comienza a ver oportunidades de lucrar en el lugar donde se desempeña” (Dr. Oscar Diego Bautista).

Gobernar con los corruptos, es un asco.

pelandoelplatano@gmail.com

http://www.desdemiescritoriord.blogspot.com/

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