Para despertar al gigante

Rafael Peralta Romero

El germen de la destrucción que ha caracterizado al Partido Revolucionario Dominicano y que en distintos momentos históricos lo ha apalastrado, parece que en este momento ha mermado su capacidad de ataque. Pero nadie se engañe, está momentáneamente disminuido, pero sus cepas siguen vivas.

Se creía que a esta fecha, tras los resultados electorales, y la forma en que fue manejado el partido, su presidente, Miguel Vargas, habría volado de la posición, o por el contrario se estaría librando una lucha feroz en tal sentido.

Las corrientes políticas que se mueven a lo interno del PRD, con miras a la candidatura presidencial, al parecer asumen la posición de “en su lugar descanse” en lo que respecta a la presidencia de la organización.

Se ha discutido la creación de una comisión que organice la convención de la que saldrá el candidato presidencial, no como sanción a Vargas y su equipo por el torpe manejo electoral, sino como forma de garantizar la equidad en el manejo del proceso y de los recursos materiales del PRD.

Pero, dado que Miguel Vargas ha perdido el encanto en las bases perredeístas, Hipólito Mejía, Luís Abinader, Eligio Jáquez y Guido Gómez Mazara, no lucen decididos a batallar para desalojarlo del puesto, a pesar de que muchos perredeístas aseguran se ha convertido en un faraón. Así le llaman.

No sé si el inquieto GGM acepta con igual tranquilidad que Vargas y Orlando Jorge Mera sigan en sus puestos cuando han demostrado una forma de dirección que sólo contribuye a acentuar el germen de la destrucción, que siempre está latente.

Me decía hace tres días un dirigente del PRD, vinculado al presidente Mejía, que las diferentes corrientes concentran sus esfuerzos en la unidad partidista en pro de un “refrescamiento” de la vieja organización, ligada durante más de medio siglo a las luchas del pueblo dominicano.

De junio hacia acá, Miguel Vargas se ha dedicado a propiciar encuentros con dirigentes medios y militantes del PRD, incluso en el exterior. Es un plan para levantar su alicaída imagen, pero empleando los recursos del PRD. La institucionalidad rueda como basura.

Esa unidad de que requiere el PRD para librar al pueblo de la penosa situación en que lo hunden el PLD y Leonel Fernández, conlleva que la convención sea dirigida por una comisión mixta de todas las corrientes y la presidencia del PRD se otorgue a un perredeísta digno y competente, como hay muchos, el más indicado de los cuales es el doctor Emmanuel Esquea Guerrero (foto izq).

El entusiasmo por el anunciado congreso es promisorio. Pero falta más acción si se quiere despertar al gigante dormido, o mejor dicho al gigante enfermo que es el PRD. De lo contrario, el pueblo seguirá siendo devorado por la salvaje plaga morada.

http://almomento.net/news/135/ARTICLE/66170/2010-08-06.html
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