domingo, 26 de septiembre de 2010

Cuidado con los "falsos positivos"







Cristina Wynns

La primera vez que escuché referirse a los “Falsos Positivos” fue a la señora Yolanda Pulecio (madre de Ingrid Betancourt). Me llamó mucho la atención este término y recordé que cuando estudiaba en la UNPHU, mi profesor de lógica nos enseñó que un juicio no podía ser falso y verdadero a la misma vez, tenía que ser uno de los dos.

La verdad que el concepto resulta contradictorio y apartado de todo razonamiento lógico. En términos generales, un “Falso Positivo” es cuando se hace alusión a un hecho como verdadero a sabiendas de que no existe o es mentira. Sencillamente, convertir en verdad una mentira. Por ejemplo, en el mundo de la medicina es cuando se diagnostica al paciente una enfermedad o dolencia que el paciente no tiene.

En Colombia, los “Falsos Positivos” son el pan nuestro de cada día. Es una marca registrada no solo en el ejército y otros estamentos del Estado, sino también en las altas instancias de la Casa de Nariño y tuvo su época de oro durante el gobierno de Álvaro Uribe. Recuerdan ustedes la imagen cadavérica, lánguida, enfermiza que circuló por el mundo de Ingrid Betancourt? Luego, cuando fue liberada, vimos que era todo lo contrario. Una imagen que gozaba de excelente salud, se veía bien alimentada, de buena presencia y con mucho ánimo hasta para dar su discurso.

Yolanda Pulecio.

Durante el gobierno de Uribe, las Fuerzas Armadas solían secuestrar jóvenes en los barrios marginales y los llevaban a áreas rurales donde se simulaba un enfrentamiento con el ejército. Estos jóvenes eran dados de “bajas” y registrados como integrantes de grupos insurgentes o de la criminalidad común. El relator especial de la ONU para ejecuciones arbitrarias, Philip Alston, denunció en su informe que ciertamente las fuerzas de seguridad de Colombia perpetraron un número significativo de ejecuciones extrajudiciales a todo lo largo del país.

Estas ejecuciones extrajudiciales no solo tenían como objetivo presentar resultados “positivos” y demostrar el “éxito” de la política gubernamental de seguridad ciudadana, sino también cobrar los “altos premios” de recompensas en términos económicos, ascensos, vacaciones etc. autorizados por el gobierno de Uribe por información que condujera a la captura o muerte de los grupos al margen de la ley.

Si bien es cierto que Colombia se ganó la medalla de oro en “Falsos Positivos”, no menos cierto es que hay otros casos que también merecen ser señalados y conocidos por todos.

Rodrigo Rosenberg.

El año pasado fue difundido por la televisión de Guatemala un video del abogado Rodrigo Rosenberg, acusando al presidente Álvaro Colom y su esposa de haber planeado su muerte. Esto conllevó a una crisis sin precedente al país centroamericano que casi le cuesta el puesto al primer mandatario de la nación. Luego las investigaciones judiciales dieron con los verdaderos culpables de la trama.

Otro hecho que todos recordamos, fue la acusación hecha al régimen de Saddam Hussein de poseer armas de destrucción masiva y del peligro que las mismas representaban para la humanidad. De nuevo, las investigaciones y los informes de la comisión designada por la ONU para tales fines, demostraron la inexistencia de las mismas.

Saddam Hussein.

En el año 2004, previo a la celebración de las elecciones en el Salvador, congresistas republicanos declararon a la prensa que si el FMLN ganaba las elecciones, los EE.UU tendrían que reconsiderar la prolongación del TPS y el envío de remesas al país. Recuerdo perfectamente la angustia y desesperación que esto generó en la comunidad salvadoreña residente en los EE.UU. Esta campaña mediática impidió el triunfo de Shafick Handal.

En la RD en los momentos actuales se está librando una guerra contra el narcotráfico como nunca jamás se había visto en la historia del país. Sin embargo, existe una campaña mediática de descrédito contra el Partido de la Liberación Dominicana y de la figura del presidente de la república, acusándolos de apoyar y patrocinar el negocio y tráfico de drogas en el país. Que en algunos estamentos del estado hayan elementos corruptos vinculados a este fenómeno, no significa en ningún momento que cuenten con la benevolencia, aprobación o apoyo del primer mandatario. Diariamente estamos viendo los operativos y redadas para combatir este mal. Los resultados son obvios.

Todos estos “Falsos Positivos” penetran en el imaginario colectivo e influencian en la conducta y comportamiento de la sociedad. Contribuyen a que tomemos decisiones equivocadas y divorciadas de la realidad. Estas campañas mediáticas tienen sus propósitos y objetivos bien definidos. Algunos son con fines electorales y otros para defender intereses económicos y hasta para derrocar gobiernos.

Vender una “verdad” a sabiendas de que es una mentira, solo ha llevado angustias, muertes, destrucción y frustraciones a nuestros pueblos. Es deber de cada uno de nosotros tomar nuestras decisiones conscientemente, analizar los diferentes escenarios fríamente y no dejarnos influenciar por los bombardeos mediáticos. Tomemos nuestras decisiones basadas en razonamientos lógicos, pero lo más importante que sean apegados a la verdad, para el fortalecimiento de nuestra democracia y de nuestra la

Nueva York, NY, 25 de septiembre de 2010.


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