Silvio Herasme Peña
A raíz de la liquidación de la tiranía trujillista en el 1961 el entonces Obispo Polanco Brito ofreció una declaración que aún resuena en el ambiente nacional. El Obispo dijo: “Hemos vivido en un tiempo que creíamos que estábamos avanzando, pero hemos descubierto que no era así, que íbamos mal”.
La admisión del Presidente de la República, Leonel Fernández, ante la Asamblea de Naciones Unidas sobre los Objetivos del Milenio, concediendo que nuestro país, con su gobierno a la cabeza, no podrá cumplir esas aspiraciones, como se había comprometido, ha causado confusión y decepción.El presidente electo Leonel Fernandez, de Republica Dominicana, habla ante la ONU el 24 de junio de 2004
Pero si frustratorio ha sido el discurso de un hombre que siempre se ha caracterizado por destacar logros y metas trazando nuevos paradigmas de desarrollo, aún peor ha sido la presentación en televisión del Ministro de Desarrollo, ingeniero Temístocles Montás, revelando que ni uno solo de los ocho puntos comprometidos a mejorar con Naciones Unidas, se podrá cumplir. Tal vez algún mejoramiento en cuanto a la atención de las víctimas del VIH.
¿Cómo suponer que entre los tres puntos negativos para cumplir el plan trazado se cite la crisis bancaria del 2,003? Acaso no lleva el doctor Fernández más de seis años consecutivos manejando todas las riendas del Estado, con todas las posibilidades de enderezar el entuerto del 2003? Un análisis paciente de los recursos con que ha contado el Estado indica que el presidente Fernández ha obtenido buenos crecimientos económicos que han oscilado entre el 3.5% y el 7%, superiores casi a la mayoría de países parecidos al nuestro que sí han eliminado- o están adelantados- en el proceso de liquidar la pobreza extrema, mejorar la salud, la educación, bajar el índice de víctimas neo natales y de parturientas que en nuestro país alcanzan cifras propias de los más atascadas regiones africanas.
El Presidente quiso compensar su debilidad en desarrollo con el anuncio de que miles de jóvenes han sido becados en países desarrollados o menos subdesarrollados que el nuestro.
Pero pocos miles de estudiantes becados es tan solo una brizna que no conduce a nada decisivo. Los que vengan graduados enfrentarán el problema de encontrar empleo adecuado para que sus conocimientos adquiridos rindan los frutos apropiados a la sociedad.
¿Hay garantías de que eso ocurrirá? ...yo creo que no exactamente.
Pese a que solo permaneció siete meses en el poder, el profesor Bosch pudo lograr un acuerdo con el gobierno español que consistió en varias escuelas de formación laboral acelerada.
Ese proyecto firmado en el 1963 y aplicado a partir del 1964, produjo un inmenso esfuerzo que transformó la industria metalmecánica en el país, y que dio empleo y entrenamiento hasta a los presos, porque se instaló una en la cárcel de La Victoria.
Ahora se podría alegar que el Plan de Reforma Carcelaria es una respuesta a los problemas del entrenamiento de los reclusos, pero no se ha dicho con claridad cuál ha sido el resultado hasta ahora, ni cuál ha sido la inversión.
Lo que nos trae la televisión, como lo denunciaron la senadora de Dajabón, Sonia Mateo y el senador de Elías Piña, Adriano Sánchez Roa, es una nota negativa denunciando el abandono de sus provincias por tres ministerios específicamente citados por ellos: Agricultura a la cabeza.
La percepción de la gente aquí es que el gobierno fracasó en mejorar las condiciones de vida como lo demuestra el hecho del atraso del país en los renglones de salud, educación y transparencia, según las encuestas de Transparencia Internacional y de otras instituciones que realizan esas tareas.
“No hemos sido eficientes” dice Lisandro Macarrulla, el presidente del CONEP. Temístocles Montas alega que no se ha podido hacer más en un país en donde la presión impositiva es de tan solo el 13% y el desempleo ronda el 19%.
Precisamente eso es lo que se ha querido corregir mediante políticas del uso adecuado de los recursos, que todos reconocemos que son escasos. Temo debe recordar que la queja de quienes escribimos en este país es que los rendimientos de la economía cuando crece, se queda levitando entre los sectores más pudientes de la soledad, y no aterriza –si es que aterriza algo- a los sectores más carenciados del país.
Parece que se impone una revisión de los rendimientos del turismo, las remesas y las zonas francas, que son los renglones principales de la economía, para que el debilitamiento de uno de ellos, no comprometa la economía en su conjunto.
Se ha publicado recientemente que solo los Polo Turístico de Bávaro y Punta Cana, La Romana, están en auge, que los demás –como el de Puerto Plata y el nordeste están estancados o viven un proceso recesivo.
El caso de las Zonas Francas tiene que ser analizado con sinceridad y buen juicio, porque escuché al señor Capellán, de Santiago, informar que el sector productivo del país está estancado y que sin producción no puede haber crecimiento.
El destape de la situación económica del país del Presidente Fernández, nada menos que en las mismas Naciones Unidas, implica respuestas en el país comenzando por el mismo gobierno, sin que ello implique más sacrificio del bolsillo ya esquilmado del pueblo dominicano.
La confesión de Monseñor Polanco Brito respecto al progreso que proclamaba el trujilismo, debe servirnos para comprender que hasta distinguidos clérigos se dejan deslumbrar por la propaganda política bien manejada.
Monseñor –si aún viviera- no diría jamás “E’palante que vamo”.
Santo Domingo, R.D., domingo, 26 de septiembre de 2010


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