Juan Taveras Hernández
El Congreso José Francisco Peña Gómez termina este domingo luego de un agitado proceso de discusión y elaboración de documentos donde se establecen las ideas políticas que guiarán la conducta de los miles de hombres y mujeres que integran el PRD. La experiencia y los conocimientos de los más notables dirigentes del PRD han parido las propuestas de renovación o refundación que deben ser aprobados por los delegados
Terminado el Congreso, el partido debe dar un salto cualitativo que debe expresarse no solo en la ideología y los principios, sino en la práctica. En teoría el PRD se define socialdemócrata, pero solo en teoría. (Un partido socialdemócrata no puede ser parte de una ley que prohíbe y condena el aborto incluso terapéutico).
Me pregunto, ¿qué pasará a partir de mañana? ¿Seguirá el PRD siendo el mismo PRD de los últimos años, sin plataforma programática, sin propuestas a los problemas nacionales, sin una ideología y una praxis que lo diferencie del resto de partidos políticos?
El Congreso le da al PRD una brillante oportunidad de volver a sus orígenes, pero con una visión acorde a la era del conocimiento que nos ha tocando vivir, donde toda la cultura humana usted la consigue con tan sólo un link de cualquier computadora personal. ¡Un PRD para los nuevos tiempos! Un PRD que vuelva a ser “la esperanza nacional”, el “partido del pueblo y de la libertad”, entendida dentro de los nuevos parámetros sociales.
Un PRD excluyente, sectario, sin disciplina, sin estructura orgánica funcional y moderna, sin base programática ni una ideología que lo conduzca, no tiene perspectiva ni futuro.
¿Qué sucederá mañana lunes? ¿Seguirá la guerra de guerrilla de los grupos, las acusaciones y contra acusaciones, los insultos, la diatriba, la descalificación, el canibalismo y las mentiras? ¿O por el contrario a partir de mañana lunes tendremos un PRD con otra imagen, más limpia, más sosegada, más transparentes, y, al mismo tiempo más consecuente en su rol de oposición, serena, pero firme?
¿Después del Congreso, qué? ¿Seguirá la dirección del Partido excluyendo y maltratando a los que no simpatizan con la candidatura presidencial de Miguel Vargas? ¿Continuará la práctica de conducir al partido como si fuera una empresa privada, donde los militantes son tratados como obreros y empleados, obligados a cumplir las órdenes del jefe? ¿O el PRD será tratado como un partido donde todos son importantes, con derechos y deberes? En pocas palabras, ¿le devolverá el Congreso José Francisco Peña Gómez la libertad y la democracia al PRD? Lo sabremos a partir de mañana.
Y digo a partir de mañana, porque a partir de mañana el PRD tiene que abocarse a discutir, como partido, no como grupo, lo relativo a la convención donde se elegirá al candidato presidencial para las elecciones del 2012. Los integrantes de esa comisión tienen que ser hombres y mujeres probos, que no actúen por mandato de ningún cabeza de grupo, que no se presten a fraudes como los que le hicieron a Guido Gómez Mazara y a Tony Peña Guaba. Esa convención, que ya debe tener fecha definitiva, obligatoriamente tiene que ser diáfana y transparente. Y que al final se imponga la voluntad de las bases. De lo contrario el Congreso no habrá servido de nada, ni para nada.
Digo todo esto porque me temo que para un sector importante del partido el Congreso se hizo para “salir del paso” y ganar tiempo tras la dolorosa derrota electoral del pasado 16 de mayo donde el PRD no obtuvo un solo senador.
Hipólito Mejía y Miguel Vargas posan para la prensa durante el Congreso "José Francisco Peña Gómez".
Y es por ese motivo que me pregunto si las resoluciones del Congreso serán respetadas por las autoridades. Si la institucionalidad partidaria no continuará siendo lesionada por quienes están acostumbrados a ordenar y mandar, los que impusieron de dedo la mayoría de los candidatos pisoteando la democracia y los estatutos del partido, lo cual formó parte de la derrota del 16 de mayo.
Ojala que el Congreso José Francisco Peña Gómez sepulte esas actitudes antidemocráticas que anulan el poder de transformación y cambio político y social de la gente. Espero que el Congreso haya sido profundamente crítico, que haya puesto al desnudo todos los problemas de la organización, porque como dijera un maestro de la política, “el reconocimiento de un error equivale al 50% de su superación”.
Ojalá que a partir de mañana el PRD sea otro PRD. El PRD de José Francisco Peña Gómez, el PRD de Abril del 65, el PRD del 78, el PRD del futuro, es decir, el PRD de la esperanza nacional.
¡Esperemos!
Santo Domingo, R.D., sábado, 09 de octubre de 2010
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