Orlando dice //
Orlando Gil
No fue
La reunión del Comité Central del PLD del pasado sábado transcurrió sin incidentes mayores, pero no fue, como quisiera hacerse creer, una misa de consagración. Las propuestas sometidas fueron aprobadas por aclamación, esto es, de manera unánime, a pesar de que hubo mociones contrarias o sugerencias de modificación. Por ejemplo, hubo quejas de que no se cuenta con un secretario general a tiempo completo, situación que se alega afecta el funcionamiento del partido, puesto que los compañeros no tienen un hombro en qué recostarse o un encargado de enjugar sus lágrimas. La resignación necesita a veces de un desahogo. No es posible que cancelen a peledeístas, con razón o sin ella, y no haya un organismo o persona a los cuales acudir en busca de consuelo.
Un partido con un registro de diez años de poder debiera tener canales adecuados para ese tipo de situación. La calle debiera ser el último recurso, y se sabe que no, que es el primero, porque nadie aparece en los momentos de angustia.
Ese punto salió a relucir, y en diferentes vertientes…
Él mismo
Este tipo de situación fue dilucidada, pero en un ambiente de alto respeto. El director de los debates, que fue Reinaldo Pared, hizo frente con la mayor ecuanimidad a las críticas al secretario general que nunca aparece cuando los compañeros lo necesitan. El hombre, de intimidad afable, pero que en público es una fiera, tenía doble seguro y no se defendió como gato boca arriba.
Reaccionó de manera apacible, como el más comprensivo de los dirigentes. Y no podía ser de otro modo, ya las observaciones eran a todas luces interesadas, expresadas por dirigentes cuyas intenciones de lanzarse por la secretaría general eran conocidas. Es decir, no se trataba de miembros de las bases, sino rivales que aprovechaban la ocasión para el acoso, que ya no el derribo, del titular. Incluso, el fastidio de éstos fue ostensible, puesto que sus aspiraciones ni siquiera salieron de la gatera.
Esperar cinco años es casi como esperar una vida, y en política las oportunidades que se van, no vuelven. En el 2015 estará viejo Pared, pero también Aristipo Vidal…
¿Cuál?
La Junta Central Electoral (¿la vieja o la nueva?) ayudó al montaje de la reunión del Comité Central del PLD, prestando unas máquinas que colocadas a la entrada facilitaron el registro. Al identificarse, a cada miembro del CC se le entregaba un volante que debía firmar. Un éxito, pues, permitió que se comprobara la cantidad exacta de asistentes: 306, de menos de 400 que es la matrícula. Adentro, la puesta en escena era tan perfecta como en los días en que el PLD era una logia y no existía ese desbordamiento de gente que a veces asusta a sus propios dirigentes. Concentrados en una área era fácil el control de la asamblea: podían verse unos a otros. Incluso, todo fue preparado tan al detalle que cuando se anunció que el congreso llevaría el nombre del fallecido Norge Botello, apareció una foto suya en pantalla gigante.
Pudo haberse proyectado su imagen desde un principio, pues estaba previsto que se sometiera dicha designación y nadie dudaba de que sería aprobada. Sin embargo, por alguna razón inexplicada, se guardó la forma…
El título
Entre todas las incidencias de la reunión del Comité Central del PLD, hubo un momento dramático. Fue cuando Luis de León sugirió que al nombre de Norge Botello antecediera el título de comandante. Hubo una especie de murmullo, de reacción negativa, hasta que el oportuno de Euclides Gutiérrez tomó la palabra y dijo que ese era el grado con que a Botello se le conocía en el partido y que no era posible que la historia soslayara sus méritos en el campo de batalla. Dije oportuno, pero no hay dudas de que su arrebato buscaba reivindicar la época ida de los comandantes en el PLD. Al secundar la propuesta, esta fue aprobada de manera unánime…
Santo Domingo, R.D., martes, 12 de octubre de 2010
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