viernes, 8 de octubre de 2010

TOP SECRET






Leo Hernandez


El PRD
Con quizás y sin quizás, el Partido Revolucionario Dominicano como organización política, ha sido de las que mayores aportes ha hecho en el último medio siglo al afianzamiento de la democracia en la República Dominicana. De su seno han surgido otras agrupaciones que, como el Partido de la Liberación Dominicana, se colocan a la par suyo en esa ofrenda que ha hecho posible que haya libertad entre nosotros. Sin embargo, siempre hay un pero…

El PRD nos ha acostumbrado ya a los más penosos ejemplos de lucha interna, con una exhibición lastimosa de contradicciones que desbordan los límites de lo político y alcanzan a veces lo personal, llegando en ocasiones a la violencia. Deja mucho que pensar que en el partido blanco no puedan ponerse de acuerdo siquiera para reconocer el trabajo de gente suya llevada a posiciones públicas donde –hay que decirlo- lo han hecho bien. Es cierto que ahora es que los perredeístas se están dando cuenta cuánta falta, con todos sus defectos, hipérboles y emociones, le hace José Francisco Peña Gómez a esa institución. Así como suena…

Efecto contagio
Analizando fríamente la situación del PRD, toda persona sensata, que crea en el presente y futuro del sistema partidarista, tiene que sentir temores porque no se produzca el efecto contagio en las demás organizaciones políticas existentes. En el PLD, por ejemplo, que es una agrupación que ha mostrado al país un ejercicio de la política decente y disciplinado (con sus naturales lunares de verticalidad y sectarismo) sería muy lamentable que las confrontaciones internas desbordaran la prudencia, la lógica y hasta el sentido común.

En el PRSC asoman ya patologías de división, pero todos conocemos la idiosincrasia de sus dirigentes y directivos (porque hay que establecer diferencias) que, ante la falta de su fenecido líder y caudillo, el presidente Joaquín Balaguer, quien era su ente aglutinante, están en un permanente todos contra todos, que aunque en ocasiones no trasciende, evidencia que pocos quieren ser subalternos y es mucha la inconformidad por los repartos del pastel. De las organizaciones de la izquierda, minúsculas por naturaleza en Dominicana, la división es parte indisoluble de su existencia. ¡Qué lástima…!


No hay comentarios:

Translate