Es una suerte apreciable que, en el trecho final, estos tres caballeros asuman el debate enfrentados con la gentileza que los caracteriza. Asuman la responsabilidad de encabezar el frente unitario que demanda la Nación.
Miguel se mantiene al frente en la preferencia de los perredeístas, sin alardes, guardando la serenidad y la humildad de un auténtico triunfador. Hipólito ha ido avanzando para convertirse en un competidor a ser tomado en serio. Abinader mantiene un sostenido crecimiento que le dan entre un 15 y un 20%, estreno que no pocos noveles aspirantes desearían para ellos.
Oportuno es hablar ahora de Luis Abinader, a propósito de este gran debut, que le depara un respetable espacio en el escenario político local. Con 43 años de edad, Hipólito bien podría ser su padre y Miguel un tío menor, para decirlo de alguna forma. Experto en finanzas y economía, ha seguido los pasos de su padre en el campo académico.
Quienes apuestan, sin prisa, a un candidato ganador en el 2016 tienen en Luis a un profesional brillante y empresario aventajado, preparado para gobernar el país con una clara y correcta visión del futuro. Conecta efectivamente con la época y la generación que se ve representada en él.
Presenta un discurso moderno y amplio para enfrentar con eficacia los problemas en educación, agricultura, industria y un mejor aprovechamiento de las riquezas. Un posible mandato del PRD en el cuatrienio 2012-16 debe tomar muy en cuenta su capacidad y potencialidades.
Santo Domingo, R.D., sábado, 27 de noviembre de 2010
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