Atisbando //
Bonaparte Gautreaux Piñeyro
Un mandatario que se respete se ocupa de que la casa esté en orden
Atacar para defenderse se convierte en un boomerang que golpea a quien asume tal modo de defensa, es como el gargajo que se escupe hacia arriba. No sabía que a Leonel le gustaba tanto el boxeo que practicaba con tal frecuencia el engañar a los contrarios y al pueblo. Ha confundido el espacio del león y en vez de ir a un circo se metió en el campo del buey y como en el cuento que relataba Juan Bosch, huyó de dos toros y a lo lejos vio dos ventanas, para escapar se lanzó por una de las ventanas y, como era tuerto, lo hizo por la ventana que no era y lo cogió el toro que era. El boomerang arrojado el domingo último se le ha devuelto.


Un mandatario que se respete se ocupa de que la casa esté en orden y aquí lo que tenemos es:
-una corrupción escandalosa
-aumento de la violencia que cobra vidas útiles un día sí y el otro también
-auge del narcotráfico que involucra, como nunca, autoridades uniformadas (hay la percepción de que detrás de los apresados permanecen ocultos capos de alto nivel)
-descuido de la educación y la salud.
¿Con qué cara habla un mandatario que no ha resuelto un solo problema y sí ha creado muchos?
Su broma de mal gusto sobre el cólera lo retrata de cuerpo entero ¿Y así se atreve Leonel a hablar de seriedad? ¿Cuál?
Santo Domingo, R.D., sábado, 20 de noviembre de 2010
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