sábado, 29 de enero de 2011

El astronauta negro

 
Adriano Miguel Tejada

Ronald E. McNair era el segundo de tres especialistas de la misión del transbordador "Challenger", que explotó un día como ayer, hace 25 años.

Tuve el honor de conocerlo en la Universidad de South Carolina, estado del que era oriundo, cuando le entregaron un doctorado "honoris causa", junto a otros prominentes académicos, incluyendo un destacado dominicano.

A este astronauta negro, el primero de su raza, le tocó pronunciar el discurso de gracias en la ceremonia. Me llamó sobremanera la atención lo que dijo.

Ronald Erwin McNair.

Recordó que era un niño negro de un pequeño pueblo del Sur de los Estados Unidos. Que sus posibilidades de ir a la escuela eran pocas, pero fue. Que las posibilidades de graduarse de bachillerato eran menores, pero se graduó. Que era casi imposible que se graduara de la universidad, pero lo hizo y finalmente, que las posibilidades de que asistiera a una universidad como MIT, eran impensables, pero fue aceptado y obtuvo su doctorado en electrónica de quantum y tecnología láser.

El mensaje que nos dejó a todos los presentes en la ceremonia lo resumió en una frase inolvidable: "lo importante no es el tamaño del perro en la lucha, sino el tamaño de la lucha en el perro".

Francis R. Scobee, Mission Commander; 
Michael J. Smith – Pilot; Gregory B. Jarvis, 
Payload Specialist; Christa McAuliffe - 
Payload Specialist; Judith A. Resnik, 
Mission Specialist; Ellison S. Onizuka -
 Mission Specialist, and Ronald 
E. McNair - Mission Specialist.


Es decir, la fuerza interior que te motiva a vencer a pesar de todos los obstáculos. Ese elan vital que impulsa a triunfar por encima de todas las vicisitudes.

Los dominicanos necesitamos ejemplos como el de Ronald McNair, para entender que podemos superar nuestras limitaciones y vencer el subdesarrollo.

Santo Domingo, R.D., sabado, 29 de enero de 2011.

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