jueves, 3 de febrero de 2011

Entre Avivatos


Bonaparte Gautreaux Piñeyro

Este gobierno se caracteriza por la imitación de personajes y personajillos tipificados en la picaresca española.

Desde el Presidente de la República hasta funcionarios de menor rango, todos juegan a gobernar, como si se tratara de un escenario de teatro en el que como dijo Calderón de la Barca “la vida es sueño y los sueños, sueños son”.

Los sueños color de rosa son propios de las jóvenes adolescentes, quienes enfrentan la vida con una sonrisa despreocupada.

Un gobierno que se usa para cumplir los sueños de niño de admiradores de jugadores de béisbol, actores de cine, cantantes, escritores y personajes del jet set internacional, a quienes se invita a visitar el país, para que algunos adquieran relaciones personales a costa del erario.

Avivato era un personaje de tiras cómicas, de muñequitos infantiles, que se publicó durante años, cuya principal característica era ser un vivo, un oportunista, un logrero, sabichoso.

De gente como él está lleno el gobierno, de boxeadores que sirven como monas para el entrenamiento de unos pocos que no sirven para la pelea, pero sí obtienen siempre ganancias fabulosas que los han convertido de pelagatos en millonarios.

Mientras el desayuno escolar es un desastre por la constante falla en la calidad de los alimentos que provoca enfermedades en los niños, el Ministerio de Educación ordena textos desnacionalizantes, sin que mediara un concurso entre expertos para su diseño y líneas filosóficas ni para la impresión de los textos.

De pronto, ante la entrada del cólera al país, el ministro de Salud Pública y Asistencia Social “descubre” ¡albricias! que hay un componente peligroso de contaminación en ríos y cañadas.

Lástima que la ceguera del ministro de Salud aprovechara el cólera para actuar con una careta de diablo cojuelo que juega, golpea, brinca, salta y, al final, se despoja de su disfraz y nadie lo reconoce. El Ministerio de Interior insiste en desarmar a los ciudadanos que tienen armas autorizadas por la ley, mientras la autoridad fracasó, una y mil veces, en desarmar a los delincuentes. 

Realmente en la carrera por ganar el premio a quien tiene mayor fuerza de cara para decir cualquier cosa, no importa si es una burla a la inteligencia de los demás o un disparate, es a los seis años de gobernar que el ministro de Planificación y 10 cosas más descubre la necesidad de cambiar el modelo económico, ahora, cuando el país está sumergido de una crisis fruto de las meteduras de patas de su gobierno.

No es agradable reconocer que en esta administración se juega a gobernar mientras se lleva la nación al borde del abismo.

Santo Domingo, R.D., jueves, 03 de febrero de 2011.

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