Félix Calvo
Grandes oleadas sociales se observan en Europa y sus proximidades (norte de África) producto de la crisis económico-financiera mundial y de sus consecuencias visibles: pérdida de empleos, disminución de la calidad de la vida, escepticismo generalizado en la juventud, caída de la producción de riqueza y evidencias de la corrupción generalizada con el abuso del endeudamiento soberano.
Desde Grecia, pasando por España y siguiendo por el norte de África se observan las protestas generalizadas y todas tienen el mismo denominador: las consecuencias de la gran crisis y las evidencias de las malas políticas públicas.
En todo caso y hasta el momento, la crisis social y política solo ha puesto término al gobierno de Túnez, un régimen socialdemócrata muy aplaudido dentro de esa corriente política, en especial por los socialdemócratas ultraconservadores.
Zine el Abidine Ben Alí.
En Egipto, más que en las calles, el cambio parecer estar en las manos del Ejército, al menos así cuentan Estados Unidos, Israel, Inglaterra y Francia. Claro, las masas en las calles pueden decidir otra cosa, como en Túnez, donde siguen las protestas.
Sin embargo, por la tradición patriótica de los militares egipcios –y contando con que en esa nación hay la cuna de una civilización- nadie puede adelantar hacia dónde corre el sentimiento generalizado de ese país. Hay evidencias del crecimiento, en medio de la dictadura actual, del movimiento radical musulmán, mientras desde la periferia antes mencionada se promociona a un laureado científico para “iniciar la transición”, pero El Baradei, con todo y su papel en la Agencia de Control de la Proliferación Nuclear, es un desconocido en su país. Ahora inicia su segundo intento de llegar al poder.
Todo parece indicar que fuerzas internas piensan distinto a los estados occidentales que quieren mantener a Egipto dentro del limbo neutral entre el radicalismo musulmán y el conservadurismo árabe.
Muy distinta es la situación de Yemen, donde hay un gobierno no tan prooccidental como deseara Estados Unidos y Arabia Saudita, pero tampoco es del radicalismo musulmán. Sin embargo, las protestas abren las puertas al radicalismo musulmán dado que allí no existe otra oposición.
Hosni Mubarak.
Las políticas públicas cuando activan el ciclo alto de la economía de una nación parecen ir bien y todos disfrutan de tales efectos. No obstante, cuando ese ciclo alto es producto de deuda soberana y no de un modelo de crecimiento económico interno sostenible en el mediano plazo, aparecen los problemas políticos y sociales. Entonces es cuando la economía se muestra fallida, sin salida y aparecen las quiebras y el alto desempleo.
En 7dias.com.do, desde hace varios años, hemos venido publicando informaciones sobre la evolución de los precios mundiales de los principales alimentos. El trigo adquiere niveles de precios con un impacto de choque irreversible. Si observamos el papel del pan en la sociedad egipcia, como la tortilla en la mexicana, la explosión de precios allí en un alimento sensible puede servir para explicar el desborde de las pasiones de las masas, como en Túnez.
Visto hacia nosotros, los dominicanos, la mejor conclusión sería aprender de los fracasos de otros.
Santo Domingo, R.D., martes, 01 de febrero de 2011.
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