En estos días post Convención del PRD llueven los análisis de ese inconcluso evento, pero en particular me llamó la atención uno escrito por el amigo Lois Malkun, titulado Sun Tzu y el arte de la Guerra, publicado este domingo 27 de marzo en este periódico Hoy.
Malkun considera que la Convención del PRD del recién pasado 6 de marzo fue una guerra en la que se aplican las enseñanzas que se aprenden “en todos los institutos castrenses del mundo, incluyendo el Pentágono”. Concluye su trabajo diciendo, más o menos, que Miguel Vargas no aplicó correctamente esas enseñanzas y como consecuencia de ello cometió “errores mortales” que al final le provocaron una derrota en la citada Convención.
Creo que el PRD lo que convocó fue una Competencia Democrática y no una guerra, pues en esta última, no hay réferis y/o jueces como sí los hay en todas las competencias.
Vamos a ver cómo se aplicaría y explicaría la filosofía de Malkun en el tema que nos ocupa.
El Comité Ejecutivo Nacional del PRD, en fecha 6 de diciembre del 2010, declaró abierta la campaña interna para la realización de la Convención donde se elegiría el candidato presidencial de esa organización, para las elecciones nacionales del próximo año. El CEN aprobó las reglas del juego, las que fueron completadas por la Comisión Política, quien designó la Comisión Nacional Organizadora del evento.
Después de concluido el acto de votación el día 6 de marzo el pre-candidato Miguel Vargas pidió ante la Comisión Nacional Organizadora (CNO) una revisión de algunos procedimientos y decisiones de la CNO por lo que entendía fueron violaciones a las resoluciones del CEN por parte de dicha comisión.
La respuesta de la Comisión Nacional Organizadora, que era el árbitro, a los reclamos de Vargas fue la “proclamación” (¡!) al vapor del otro contendiente, como se tratase del cumplimiento de un designio o compromiso con alguien. Esa proclamación, a todas luces ilegal, dio la tónica a todo lo que ha ocurrido después y que podemos calificar como la más profunda crisis del PRD en los últimos años.
La figura del reclamo, olímpicamente rechazada por la Comisión Nacional Organizadora, está inscrita dentro de todo tipo de competencia e incluye derechos y deberes a cumplir por las partes, incluyendo los árbitros.
Y si fuera en una guerra, amigo Malkun, aun en esta existen reglas que hasta definen determinadas acciones como “crímenes de guerra”. Tampoco, en el Arte de La Guerra de Sun Tzu me imagino que se aceptaría que a una Columna enemiga se le faciliten vías para que mate o los soldados de tu propio ejército.
Santo Domingo, R.D., miércoles, 30 de marzo de 2011.
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