domingo, 3 de abril de 2011

El compromiso del PRD con la sociedad


Eduardo Álvarez

La expresión masiva que, incuestionablemente,   favoreció a Hipólito Mejía   en la XXIX Convención del PRD supera las reducidas denuncias de su presidente, secretario general y de organización, evidentemente distantes los tres de los resultados, tan auténtico como riesgosa para ellos y el propio PRD resulta su posición. Quemar la nave no siempre ha resultado correcto ni favorable.

Los perredeístas y simpatizantes que hicieron de ka jornada transcurrida hace un mes  una demostración extraordinaria, esperan de  Miguel Vargas  una respuesta a la altura del liderazgo y el poder a que aspira. Empeñarse en desconocer el triunfo de Hipólito es un haraquiri o el comienzo del fin de una carrera que todavía ser gloriosa.

En estos tiempos, los partidos políticos no son otras cosa que marcas, posicionadas o retiradas del mercado con tanta facilidad como comienza el día cuando sale el sol. Son, apenas, un efectivo medios de expresión.

Asimismo, pertenece al pasado  el tipo de liderazgo mesiánico y omnipresente, cuyo magnetismo superaba con mucho las fuerzas representadas en las masas populares y los grupos organizados.

Los dominicanos despedimos la etapa de preponderancia partidista y caudillista con la desaparición de Peña Gómez, Balaguer y Bosch. Los tres se dividieron el reinado de Trujillo, asumiendo el papel de recomponer el orden político durante la segunda mitad del siglo XX. Es, a todas luces,  improbable repetir la formula anterior.

Los partidos políticos monopolizan el mercado electoral formal, pero no controlan las fuerzas sociales y económicas, determinantes en las decisiones de los ciudadanos. Es lo que explica las transformaciones política que vive el país durante los últimos quince años.

El Partido Reformista ha sido relegado a un tercer plano por no asimilar este cambio. Para perpetuarse en el poder, Balaguer truncó el liderazgo reformista en cierne. Los hombres se van mientras las instituciones perduran.

Y, más aún, los partidos responden al comportamiento de la sociedad. De ahí que no estén por encima de las tendencias, aspiraciones, preferencias y emociones prevalecientes.

[El tema quedaría inconcluso si no advertimos lo  que podría ocurrir en el PLD, de violentarse la Constitución para imponer al presidente Leonel Fernández como candidato en el 2012. Prometo hacerlo en una próxima entrega.]

Santo Domingo, R.D., domingo, 03 de abril de 2011.

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