Editorial El Día
Los dominicanos tradicionalmente solemos no prestar mucha atención a los fenómenos que ocurren en Haití, pese a que lo que allá suceda puede incidir de manera directa en nuestra nación.
A fuerza de tropezones, parece que esa situación empieza a cambiar.
Hoy entendemos que una epidemia en Haití puede propagarse con facilidad a territorio dominicano.
También sabemos que una crisis política en el vecino país genera un flujo migratorio ilegal de haitianos hacia la República Dominicana que se traduce en otro tipo de problemas en el país.
Hemos entendido que el tema migratorio está vinculado con la inversión en educación, salud, seguridad social, empleo y muchos otros aspectos.
En fin, parece que empezamos a comprender que debemos estar interesados en el tema haitiano.
En la República Dominicana no pueden pasar desapercibidos los procesos políticos importantes de Haití, como es la escogencia de un nuevo presidente.
El historial del hoy presidente electo Michel Martelly no permite definir con claridad su pensamiento político y sociológico, pero sus actuaciones como candidato permiten deducir que hay un ancho camino para entablar unas relaciones cordiales y provechosas con el gobierno que él encabece.
Con el presidente René Preval se ha avanzado mucho en el mejoramiento de las relaciones bilaterales, por lo que ahora, frente a Martelly, el compromiso consiste en fortalecerlas.
Felicitamos a Haití por haber salido de un proceso electoral sin mayores traumas.
Santo Domingo, R.D., jueves, 07 de abril de 2011.
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