Editorial LISTÍN DIARIO
Pese a los sistemáticos reclamos que han hecho prestigiosos juristas, ciudadanos e instituciones del país para que se revise urgentemente el Código Procesal Penal en algunos aspectos, el Congreso mantiene congelado el proyecto de reforma que ya se le sometió en ese sentido.
No se explica que haya tanta indiferencia frente a esta imperativa reforma del Código, cuando ya se ha hecho ostensible el deseo de buena parte de la sociedad para que se proceda a enmendar algunas de sus disposiciones.
Al amparo de este Código muchos criminales y delincuentes han eludido la cárcel por una de estas dos vías: o porque los ha favorecido una sentencia por “falta de pruebas” o porque las coerciones dispuestas por los jueces los eximen de ir a prisión, pagando multas o presentándose periódicamente ante los fiscales.
Los delincuentes han aprendido muchos trucos legales para esquivar la sanción. Y prácticamente viven burlándose de la ley, pues la mayoría reincide. Y de nuevo sigue en las calles, por la generosidad y benevolencia de unos jueces que, para no echarse muchos problemas encima con los narcotraficantes o mafiosos, recurren a las “garantías” del Código y así salvan la situación.
Los congresistas deberían darle una explicación a la sociedad del porqué han sido tan lentos o tan indiferentes frente a esta necesidad de reformar el Código Procesal Penal, como respuesta a la creciente delincuencia que sofoca la paz y la tranquilidad del país.
¿Cuál es el misterio?
Santo Domingo, R.D., miércoles, 06 de julio de 2011.

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