lunes, 18 de julio de 2011

Enterrar la cabeza no resuelve nada


Editorial El Día

La sociedad dominicana ha visto con estupor como el narcotráfico ha penetrado profundamente estamentos militares y policiales.

La infiltración ha llegado hasta a tambalear las instituciones castrenses y policiales, las cuales respondieron adecuadamente con un proceso de depuración, el cual, insistimos, debe ser permanente.

Pero esa penetración no es exclusiva de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional.

Los estamentos del poder civil están también preocupantemente infiltrados.

Hay pruebas suficientes de que la mano corruptora del narcotráfico ha abierto puertas de encumbrados despachos.

 Enterrar la cabeza no resolverá el problema, sino que lo agravará.

Tapar “casos” para evitar escándalos, en caso de que ocurriera, sólo lograría hacer crecer el poder destructor de las organizaciones criminales.

Los dominicanos tienen la obligación de analizar lo que pasó en otros países donde el narcotráfico protagoniza o protagonizó orgías de sangre.

La penetración de esta actividad criminal no se limita a los cuarteles, también llega a despachos civiles y, casualmente, éste constituye el paso más adelantado antes de la violencia generalizada.

Aunque las instituciones llamadas a combatir el narcotráfico tuvieran todos los recursos necesarios, que no los tienen ni mínimamente, y toda la voluntad de enfrentarlo de manera frontal, poco se podría lograr si la sociedad persiste en enterrar la cabeza.

Santo Domingo, R.D., lunes, 18 de julio de 2011.

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