lunes, 25 de julio de 2011

No me defiendas, compadre


EDUARDO ÁLVAREZ 
 
El Presidente reprodujo el mismo discurso de rendición de cuentas del 27 de Febrero. Ni siquiera actualizado a la fecha. Rendido perdió la cuenta, volviendo sobre sus pasos, tratando de marear la perdiz, para entretener y ganar tiempo frente a un azorado Danilo Medina, quien, naturalmente, no termina por convencerse de tan atropellado respaldo. Espantado como se le veía al lado de su “protector”, ¿habrá considerado un “no me defienda, compadre” o “ya es muy tarde para ablandar habichuelas”. 

Lo que haya pensado el candidato del PLD, en este preciso instante, sólo lo sabe él. Pero de lo que sí estamos convencidos es del desconcierto provocado por este discurso reiterado, presentando un frío escenario en el que la foto del candidato brilló por su ausencia. 

Mientras tanto, la del tutor, omnipresente, estaba ahí para recordarle a Medina que “una foto dice más que mil palabras”. De manera, que no tiene por que hacer caso de lo que lo dicho, sino de los visto. Las palabras se las lleva el viento, 

Señales ominosas de que nada cambiara y de que, como en las monarquías, uno reina y el otro gobierna. No hay espacios ni tradición en esa sociedad para monarcas, a no ser para verlos en postales. 

Corresponde a los economistas desenredar el bollo numérico con el que Leonel Fernández pretende engañar a la población, echando a un lado los temas que acaparan la atención popular, como los de la corrupción, el cólera, la falta de aulas y profesores, el despilfarro en el gasto publico [vano su desmentido], el insostenible encarecimiento del costo de la vida. Mencionar el acueducto de la Línea Noroeste es una burla. Vayamos a esa poblaciones para que comprobemos que de tan mal gusto ha sido este chiste. 

Carente de credibilidad, el PLD parece estar contando con manejo de recursos derivados los 500 millones de dólares en bonos colocados hace poco a un costo muy alto para el Estado dominicano. Asimismo, de los fondos de pensiones a ser librados tras la aprobación de la ley fiduciaria, promulgada pero no reglamentada aún [¡ojo pelao! Nos la quieren meter de noche, aún cruda. La prisa nunca ha sido buena consejera ni efectiva. 


Santo Domingo, R.D., lunes, 25 de julio de 2011.

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