Eduardo Álvarez
Con el apresurado anuncio de la candidatura vicepresidencial de Margarita Cedeño, el candidato presidencial del PLD no busca otra cosa que sacudirse de la clara derrota que le propinara Hipólito Mejía en la primera presentación pública en la que compartieron el mismo escenario.
Hasta ayer había resistido las presiones de Palacio en ese sentido, so pretexto de preferir un acompañante de Santiago. Es lo que habían pregonado sus allegados.
El candidato del PRD se impuso, haciendo gala de un dominio escénico consustancial con su franca y abierta personalidad. Autentico, agradable, expuso sus ideas con soltura dando muestras de seguridad.
Mientras que a Danilo se le vio inseguro, con una actitud dual en la que su lenguaje corporal, gélido e indiferente, desencajaba con el mismo contenido del discurso que expuso.
Daba impresión de estar presionado, empeñado en salir apresurado de un escenario en la que lucia como un ser extrañó, ajeno al ambiente y a los temas. Alguien que vio las exposiciones en un sitio público –en que nos escornábamos- comentó que Medina había salido corriendo, sin ni siquiera despedirse de sus anfitriones.
Mejía guardó la compostura, ascendiendo incluso a responder algunas preguntas de una acuciosa periodista. Ligia Bonetti, moderadora estelar del evento, le acompañó hasta su vehículo.
Hipólito se robó el show. Evidentemente. No fue un debate en sentido lato del término, pero se trató de una demostración de fuerza y capacidad de persuasión y seducción en la que el candidato perredeísta salió triunfante, dejando muy atrás a su competidor.
Esto explica el sorpresivo anuncio del binomio Danilo-Margarita, cuyos efectos apenas sobrevivirán a los naturales efectos de la novedad –muy manida, por cierto-. No faltará un par de chusco que observe la reacción de Danilo como un deshojar de margaritas -¿me quieres o me quiees?- tras caer, turbado y aturdido, todavía tendido en la lona. En tales condiciones, ninguna iniciativa puede ser voluntaria, mucho menos, auspiciosa.
Noticia con la que sus estrategas -con las manos en la cabeza-, procuran omitir o apagar los comentarios y aplausos del electorado y de una opinión pública que aún le levantas a Hipólito, el candidato triunfador. Este primer encuentro constituye un acertado pronóstico de lo que va a ocurrir el 20 de mayo del 2012.
Santo Domingo, R.D., jueves, 03 de noviembre de 2011.
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