AM.
Adriano Miguel Tejada
De Diario Libre
El hecho de que Cristóbal Colón y sus marineros llegaran a la isla de Santo Domingo un día como hoy, pero tuvieran que esperar al otro día para desembarcar, puede haber sido una premonición.
Que los españoles se establecieran en la costa norte, la que luego abandonarían, y que por ahí comenzaran a entrar piratas y bucaneros, puede haber sido otra premonición.
Que nuestra independencia la ideara y fraguara un idealista, pero que la presidencia se quedara en manos de los "vivos", pudo haber sido un alerta.
Que las dictaduras ocupen más de la mitad de los años que tenemos de vida independiente, debió ser algo a tomar en cuenta.
Que en la colonia española, los hidalgos acataban pero no cumplían con las hermosas leyes que les enviaban de la Madre Patria, debió llamarnos la atención.
Y que siempre la gran industria y el gran comercio hayan estado en manos no dominicanas, también debió verse como una señal.
Pero desde que Colón tuvo que dejar para mañana poner sus pies en la isla, no nos queremos dar cuenta de que aquí lo permitimos todo, lo aceptamos todo, lo posponemos todo, dejamos que el "vivo" se lo lleve todo, que nos pisen los dictadores y que la ley no valga nada. Y después decimos que es culpa de otro...
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