JUAN TAVERAS HERNÁNDEZ
Pese a los diez mil millones de pesos que el gobierno lleva invertidos en Danilo Medina, éste se mantiene estancado. Ni siquiera la presencia de la mujer del presidente ha logrado que suba en las encuestas. Al contrario, ella lo supera en popularidad. El gobierno parece tener dos candidatos a la presidencia. Tanto es así que pretende utilizar su poder para que la foto de la doña aparezca en la boleta, en un hecho sin precedentes en los últimos 60 o 70 años.
La campaña de Danilo va por diferentes caminos, como si no existiera una centralización en la aplicación de las políticas diseñadas. El candidato va por un lado, la candidata va por otro camino, que es el suyo, mientras que el comando de campaña no encuentra el rumbo. ¿Cuáles son los ejes fundamentales de la campaña de Danilo? Nadie lo sabe.
Lo que sí sabemos es que los estrategas no han podido vender el candidato del gobierno por más dinero que han invertido. Y por el contrario el candidato opositor, sin tantos recursos, se mantiene sólido en el primer lugar. La campaña sucia contra Hipólito no ha dado resultado.
La sobreexposición de la imagen de Danilo en vallas, afiches, spots de radio y televisión, prensa escrita, no ha servido para catapultarlo. Al contrario, la gente se hartó de ver la cara pintada de Danilo. Los rumores, las encuestas verdaderas y falsas pagadas por el gobierno. Los periodistas y “líderes” de opinión “opinando todo el tiempo a favor de Danilo”. Todo ha sido inútil. Danilo no arranca.
En principio Danilo quiso separarse del gobierno y del presidente Leonel Fernández. Pero luego, para obtener los recursos del Estado se arrodilló ante el Palacio. No solo permite que el dinero del Estado se invierta a su favor, sino que aceptó que su compañera de boleta fuera la mujer de Leonel, el segundo presidente de América peor valorado con un 22%.
“Continuar lo que está bien, corregir lo que está mal y hacer lo que nunca se hizo”, fracaso. Nadie lo compró. Danilo nunca pudo decirle al país que es lo que está bien, que es lo que está mal, ni que es lo que nunca se ha hecho.
Las encuestas dicen que el país quiere un cambio, que la gente está harta del PLD, que la gente votará por Hipólito porque representa el cambio.
Ante esa realidad, los estrategas de la campaña le dicen a Danilo que es obligatorio cambiar el curso de la propaganda y la publicidad, que la gente quiere el cambio. Es necesario volver atrás y cambiar de estrategia. ¡Grave error a menos de cuatro meses de las elecciones! Ahora Danilo dice que él es el cambio. ¿Pero el cambio de qué? La gente se pregunta, ¿Cómo puede Danilo decir que él es el cambio si la mujer del presidente es su compañera de boleta? ¿Cómo puede ser el cambio si anda día y noche con los ministros, viceministros, senadores y diputados oficialistas, alcaldes y gobernadores acusados de corrupción en su mayoría? ¿Cómo puede ser el cambio con el gobierno gastando miles de millones de pesos en su candidatura? ¿El cambio de qué? Danilo es más de lo mismo. Danilo es la continuidad de la corrupción, de la impunidad, del desempleo, del alto costo de la vida, de la inseguridad ciudadana, del endeudamiento externo, de la arrogancia, de la incapacidad y el despilfarro de los recursos del pueblo. Danilo no es el cambio, es la continuidad, es más de lo mismo.
Santo Domingo, R.D., domingo, 05 de febrero de 2012.
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