JUAN
TAVERAS HERNÁNDEZ
“No lo van a impedir los generales,
ni adorables doncellas pervertidas,
ni apelables procesos judiciales,
ni perros, ni cometas, ni suicidas”.
(Canción de Amaury Pérez)
En 1978 Joaquín Balaguer estaba decidido a no ceder el
poder al Partido Revolucionario Dominicano y su candidato Antonio Guzmán
Fernández. Balaguer desató una
persecución feroz contra
dirigentes y militantes de esa organización. Sembró el terror. Utilizó a manos llenas los recursos del Estado. Las
Fuerzas Armadas y la Policía politizadas por completo con banderas rojas en los
fusiles salieron a las calles a intimidar. Parecía imposible que el PRD ganara.
Sin embargo, el pueblo se había cansado de Balaguer y lo que representaba en esos momentos. El
pueblo tomó la decisión del cambio. 12 años era mucho tiempo. 12 años de
represión política, de encarcelamientos, de exilios, de muerte, de entrega de
la soberanía nacional. La gente cogió
todo cuando le dio el poder, pero votó en contra. El fraude fue evidente. Se
compró cédulas, se dislocaron los votantes, se robaron urnas, secuestraron
meses electorales. Nada pudo evitar que el PRD asumiera el gobierno.
Cuando un pueblo decide cambiar un presidente, un
partido, un régimen, un sistema, nada lo puede impedir. La fuerza del pueblo es
indestructible. La fuerza del pueblo es incontenible. El pueblo es el soberano,
más cuando se empodera de su destino y quiere cambiarlo para su bien.
Es lo que está ocurriendo. El pueblo se hartó del PLD,
de Leonel, de su mujer, de Danilo, de los funcionarios, del gobierno, en
sentido general. Leonel podrá hacer lo mismo que hizo Balaguer en el 78.
Incluso más, pero no podrá impedir el triunfo del pueblo el 20 de mayo.
Trujillo, “el emperador del Caribe”, el más
sanguinario de los dictadores
dominicanos no pudo impedir el 30
de mayo de |961 como tampoco nadie pudo impedir el 24 de abril de 1965. Como
decía el presidente chileno Salvador Allende, “la historia la hacen los
pueblos”.
Este pueblo se cansó de tanta corrupción, de tanto
despilfarro, de tanta arrogancia, de tanto exceso de poder, de tanto abuso.
Este pueblo no quiere más a Leonel gastando dinero ajeno como si fuera suyo, ni
a su mujer cerrando tiendas en Europa y Estados Unidos para comprar zapatos,
carteras y joyas. Este pueblo no quiere a Danilo porque es más de lo mismo,
porque es pájaro del mismo nido.
La dictadura constitucional o mediática de Leonel Fernández terminará el 20 de mayo cuando el
pueblo voté en contra de Danilo y de Margarita, cuando las urnas se llenen de
votos blancos a favor de Hipólito Mejía. No importa cuánto poder haya acumulado
Leonel el pueblo no lo quiere más. No importa que haya comprado la Justicia, el
Congreso y la Prensa, el pueblo no lo quiere más en el Palacio Nacional.
Los intentos de fraudes, la persecución política, los
apresamientos, ni el crimen, impedirán la marcha triunfal del PRD y del pueblo que lo sigue. Y que
conste, este pueblo no se quedará de
brazos cruzados si alguien, sea quien sea, intentara escamotearle su triunfo.
Como dice el cantautor cubano Amaury Pérez, no lo van
a impedir “los enemigos, ni atentos
intimistas alabados, ni burócratas tiernos, ni podridos, ni herederos, ni
apóstoles errados, ni reyes del honor, ni periodistas, ni antiguos comediantes,
ni embusteros, ni estudiantes de leyes, ni alquimistas”. Nadie podrá
impedir el triunfo del pueblo en las elecciones del 20 de mayo. ¡Nadie!
Santo Domingo, R.D., sabado, 11 de febrero de 2012.


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