Eduardo Álvarez
Es preocupante ver cómo los asuntos cosméticos opacan los
temas esenciales. El esperado desmentido de Margarita de Fernández ha sustraído
el espacio al cuestionamiento de la
sociedad frente a serias sospechas de dolo y prevaricación efecto de la
denuncia que hace un periodista de Santiago acerca de millonarios depósitos de la
primera dama en un banco danés.
Igua ocurrió en el caso de Guillermo Gómez y Chiqui Gómez.
Esta vez se obviaron los escandalosos manejo de grandes fortunas para centrar
la atención del ministerio público y algunos medios convencionales en
irrelevantes intervenciones telefónicas e Internet, como si esa no fuera esa
una ocupación antigua y frecuente entre quienes manejan grandes intereses
económicos y políticos. Tan inaceptable como practicada.
Las cifras y nombres involucradas en esos debates se
colocan muy por encima de la comprensión general y del ámbito judicial. En vez
de prestar atención a las astronómicas sumas y funcionarios mencionados,
incluyendo a la esposa del Presidente, pretenden hacernos creer que el delito
está en las denuncias no en las probabilidades de fraudes y el abuso de poder
que esto representa.
Guillermo Gómez y Radhamés
Gómez Sánchez (Chiqui).
Los victimarios haciéndose las victimas, con la
complicidad de medios complacientes y una sociedad que parece haberse
acostumbrado al delito como ver despertar la mañana y caer la tarde. En
cualquier país del mundo manejos escandalosos de inferior proporción habrían
movido la acción pública, partiendo de documentadas denuncias.
Perseguidos son, sin embargo, quienes osan desafiar la impunidad, aireando depósitos
millonarios, en dólares y en Euros, de
empleados y funcionarios que tendrían que vivir mil vidas para obtener la
décima parte las cifras indicadas. Se
trata de hechos atribuidos a personas
que ha transformado su estatus de pobres a millonarios, de la noche a la
mañana, llevando una vida de boato y francachela que raya en el insulto y la
indignidad.
¿De dónde diablos puede sacar el senador de San Juan 25
millones de dólares para comprar un avión ejecutivo? Cierto o no, estamos ante
un hecho que debe ser investigado y esclarecido. Fondos públicos, posiblemente
sustraído a la educación, la salud y la producción agropecuaria, áreas muy descuidadas
en los gobiernos del PLD, partido cuyo candidato no ha dicho esta boca es mía a
propósitos de los escándalos que han estremecido a la sociedad dominicana. En
el momento de hablar, quien calla otorga.


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