jueves, 9 de febrero de 2012

Progreso, no: ¡atraso!


 
Ignacio Nova

El partido de gobierno ha pretendido representar el progreso de la República Dominicana.

Diariamente, sus dirigentes intentan contener el posicionamiento inconmovible y el avance progresivo de la candidatura de Hipólito Mejía acusando al PRD de representar un supuesto retroceso.

En un país donde el “aguaje” e imprecar son la mitad del pleito en vez de indicadores de mala educación y prepotencia, el PLDismo, su gobierno y su candidato recurren a paradigmas carentes de fundamentos para venderse como progreso cuando son el progreso del atraso.

Lo hacen en un discurso de fuertes rasgos urbanos, dirigido al segmento poblacional que hace opinión porque como consume y repite lo que escucha, especialmente si viene bajo el empaquetado de los silogismos y verdades epidérmicas y pueriles.

Pocos se detienen a comprobar, con datos y estadísticas, quién es más atraso, Hipólito o el candidato del gobierno; el PRD o el PLD.

Quien tomara en serio este asunto no repetiría lo que no puede sostener con evidencias.

Innúmeros sociólogos vinculan la tasa de natalidad al subdesarrollo, a un atraso vicioso, que es su causa y su efecto en la medida que acarrea presiones sobre bienes comunes limitados y amplía el margen de insatisfacciones públicas a las necesidades sociales.

El tema de los bienes públicos alcanzó dimensión trágica con Garret Hardin (“La tragedia de los bienes comunes”) algo anticipado ya en la teoría del crecimiento poblacional geométrico de Malthus (la población crece más rápidamente que los alimentos).

La relación entre el crecimiento demográfico y el alimentario puede establecerse como índice de desarrollo social. En esta perspectiva la producción alimentaria obtendría calidad de “bien público”.

De manera que, durante los siete años del gobierno del PLD en la relación producción alimentaria nacional y crecimiento demográfico se puede verificar una clara tendencia hacia el atraso. Con relación al PIB, el país exporta cada vez menos e importa cada vez más.

Por eso es que decimos que el PLD representa el progreso del atraso.

Del 2000 al 2004 los nacimientos promediaron 97 mil 775, representando el 1.1581% anual. Del 2004 al 2008 los nacimientos fueron 168 mil 374 (1.9%). En términos generales, del 2004 al 2011 la población dominicana creció en 1 millón 123 mil personas. Esto es 12.71%, o una tasa anual igual a 1.816%.

Fuera un resultado halagüeño, de no acompañarse de la exorbitante caída de la capacidad de compra de los dominicanos.

Se sabe que gracias a la Ley de Seguridad Social dejada por Hipólito Mejía, los trabajadores gozan de mejor cobertura médica.

Lo inexplicable es que el gobierno pretenda ser cambio o progreso para las familias dominicanas cuando, según el Index Mundi de la CIA World Factook, la capacidad de compra de nuestros ciudadanos y ciudadanas, medida frente al dólar, se redujo en 15.28% del 2000 al 2004, a una tasa anual igual al 3.82% en tanto que durante los siete años gobiernos de gobierno del PLD, del progreso del atraso, esta cayó 39.42% más que del 2000 al 2004.

Esto significa que todavía el año pasado lo que se compraba con 1 dólar en el gobierno de Hipólito Mejía, costaba ya 1 dólar y 81 centavos. Todos sabemos que la inflación ha seguido pendiente arriba, que los precios de bienes y servicios son cada día más caros.

Los del PLD se hacen merecedores del premio al progreso del atraso cuando se observa el logro de su partido en el gobierno. Aunque la población colocada por debajo de la línea de la pobreza se mantuvo en 25 por cada mil del 1999 al 2003, creciendo a 42.2 en el 2004 por efecto de las quiebras bancarias fraudulentas, del 2005 a 2008 los gobiernos del PLD no la redujeron más allá del 2003 y de 2008 a hoy empezó a escalar hacia arriba hasta rondar el 10% de la población, esto es a 100 de cada mil dominicanos vivos, según reporta la Oficina Nacional de Estadística.

No puede haber progreso en un país donde la producción industrial, de 1996 al 1999, se mantuvo estática, oscilando entre 6.3 y 8 y la registrada entre 2004 y 2008 apenas si se movió.

Menos aún pueden pretenderse de progresistas cuando del 2004 al 2011 duplicaron la deuda pública externa.

Todavía menos, cuando no reportan la cantidad de camas disponibles en los hospitales, para evitar que la gente se dé cuenta de que la engañan.

Con menos razón ante la caída de los servicios culturales: la asistencia a las bibliotecas públicas cayó estrepitosamente: en 88.87% con relación al 2004 al registrar asistencias de 794 mil 854 personas en el 2004 a 88 mil 435 en el 2010, según las cifras de la Oficina Nacional de Estadísticas. El descalabro es tan estrepitoso que el gobierno no reporta los datos que dan cuenta del grado de habilidad para leer, escribir y comprender característicos de la población nacional de 2004 a 2011. Saben que en lo relativo a la calidad de la educación pública, en Dominicana la cosa da rabia y pena.

El PLD es progreso del atraso porque de 2005 a 2010 su tasa de inflación anualizada promedió 6.1333% y el total de sus siete años de gobierno ya ronda el 36.8%. Sin embargo, durante los dos años de Hipólito Mejía no afectados por las quiebras bancarias fraudulentas (2001 y 2002), esta fue del 5.15%. Recordemos que ejecutar una política económica inflacionaria caracteriza al progreso del atraso, al PLD: durante los dos últimos años de su gobierno de 1996-2000, la inflación fue 5.1 (1999) y 7.9 (2000), como la entregaron a Hipólito.

En qué tipo de gobierno sino en uno que sea la fiel representación del progreso del atraso la inversión extranjera directa cae de 18.9% del Producto Interno Bruto, como la dejó Hipólito en el 2004, a 15.4% como la trae hoy el gobierno del candidato oficialista.

Los números no mienten, me decía un viejo amigo.

Estos números dicen que para creerle a gente así, se ha de estar peor que el loco de la Ave. Winston Churchill

Santo Domingo, R.D., jueves, 09 de febrero de 2012.

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