martes, 20 de marzo de 2012

Al Capone podría bendecirnos




Eduardo Álvarez 

Mario Bornschier, un suizo a quien conozco desde hace varios años, me dispara este mensaje por Tweeter: Al capone aurait été canoniser dans le Sint-Domingue d'aujourd hui. Le pido traducir la frase al español, idioma que Mario habla y escribe medianamente bien: Al Capone sería canonizado en el Santo Domingo de hoy.

Me cuenta que los diarios franceses y suizo que recibe hablan constante sobre la corrupción imperante en Republica Dominicana. Debo agradecer su sinceridad en vez de darme por agraviado. Más bien le solcito detalles y citar fuentes.

Los 385 millones de dólares asignados a las empresas del senador Félix Bautista representan para el organizado mundo un escándalo descomunal, comparable apenas a los suscitados en África entre finales del siglo XIX y mediados del pasado siglo XX. 

Los medios impresos y electrónicos de los que se nutren Mario y el resto de Europa hablan, con asombro, sobre probables soborno previo a la asignación de esos contratos de grado a grado. Muestran fotos de una lujosa mansión que habría sido obsequiada   al ministro Jean Max Bellerive por Bautista y otros funcionarios del gobierno dominicano. 

Rene Preval, ex presidente de Haiti, en foto de archivo junto a Leonel Fernandez.

El presidente René Preval y el ministro Bellerive, quienes  gobernaban en Haití a la sazón, están siendo cuestionados por este y otros casos de corrupción con amplia resonancia en la comunidad internacional debido a la procedencia de los fondos dedicados a la reconstrucción pos terremoto de enero del 2010.  Esta batahola ha salpicado, incluso, a la candidatura del presidente Obama, debido a las relaciones del ex presidente Clinton con su protegido Bellerive.  Estados Unidos, Brasil y la Unión Europea reclaman al gobierno haitiano poner las cuentas claras si desean seguir siendo auxiliado.

Una comisión estatal dio los primeros pasos en ese sentido recomendando la suspensión de los contratos otorgados al senador Bautista. El amigo Mario me observa, con mucho tino, que fue una gran indelicadeza por parte del Estado dominicano permitir que uno de sus legisladores se involucre, de manera tan pronunciada,  en  el levantamiento de obras con fondos donados, incluso por el propio pueblo dominicano. Debe decidirse entre ser legislador o contratista en Haití y oros países amigos. Observación esta que responde, no a un sentimiento de envidia, sino al más elemental sentido común y rozamiento político. 

Leonel Fernández y Félix Bautista.

A decir verdad, el gobierno dominicano ha permitido a Bautista llegar demasiado lejos en sus arrojadas y ruidosas incursiones fuera del país, tratándose sobre todo de una funcionario tan cercano al presidente Leonel Fernández y uno de los mayores soportes financieros del candidato Danilo Medina. Sus aportaciones  a la campana política en Perú, las grandes inversiones en Panamá y Haití revelan un amenazante y vasto plan financiero con insospechadas pretensiones, ya a nivel continental. Lo cual debe estar preocupando a más de un Estado. Si es que a estas alturas no es ya un  tema de estudios y debates en foros y organismos internacionales. 

Acostumbrado a la transparencia, precisión y ordenamiento suizo, tan distante del entrampado mundo de corrupción que promueven Leonel, Danilo y el PLD, Mario nos pregunta, para no irse en blanco: ¿Y ustedes, los dominicanos, no han pensado en recurrir al Tribunal de la Haya frente a tantos casos de corrupción que la justicia dominicana elude enfrentar?   

Santo Domingo, R.D., martes, 20 de marzo de 2012.

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