ALEJANDRO FERNANDEZ W.
A mi hijo EA, que siempre creyó en mí.
"La mayor ausencia que tuvo ese discurso fue el plantear la situación de la industria, del sector manufacturero del país que es el motor de la economía." Lic. Ligia Bonetti de Valiente - Presidente de la Asociación de Industrias de la República Dominicana (AIRD), el 27 de febrero de 2012
Sorprendida, incrédula y hasta algo molesta. Así se retiró la presidente de la Asociación de Industrias de la República Dominicana (AIRD) de la más reciente presentación del burlesco "Nueva York chiquito."
Que el primer mandatario de la nación haya obviado la realidad y los retos de la industria o manufactura local, generadora del 26.0% de la riqueza nacional, no debe sorprender a nadie.
Menos debe sorprender a Ligia, por su sangre, trabajo y vocación y compromiso gremialista de una década.
En su largo y aburrido panegírico a la Era Leonelista que pronto terminará, su prócer se refirió al sector industrial local... en una sola ocasión.
Una sola ocasión. Igual que en el 2011.. e igual que en el 2010.
Como muestro en la primera gráfica, una mención presidencial en el 2012 es una más que la evidenciada en su primer discurso del 2005, y eso que aquel fue de sólo 3,623 palabras y el de 2012 fue 324% o 10,579 palabras más largo.
La visión industrial del panegirista por lo menos no provino de la moderna cabina del "Helicóptero 001," que parece no sobrevuela los desolados parques industriales de Herrera y Luperón, ahora convertidos en plazas comercializadoras de productos terminados importados, los de elogios presidenciales.
Tampoco sobrevuela otras industrias, como tan indignada y elocuentemente me apuntó un hermano zonero.
"¿Puedo escribir sobre los desolados parques del ensanche Espaillat?", le pregunto al dirigente amigo.
"No", me responde enfáticamente.
"Escribe de los parques de Santiago. De Moca. De La Vega. Pasa por la armería de San Cristóbal para que conozcas un cementerio industrial".
Hasta allá no llega el Helicóptero 001.
Y aún así, por tercer año consecutivo, cual si fuera producto de la tijera y la pega, para evaluar los avances de la industria local dominicana el primer mandatario recurre a las alturas del Banco Central, desde donde le mantienen informado de más que riquezas.
El sector industrial crece.
A pesar de que nos dice que crece, año tras año desde el 2004 (y perdonen, pero está de moda ese año) ese sector, de forma ampliado, ha perdido participación en la generación de riqueza nacional. Año tras año.
Así vemos cómo, según el mismo Banco Central, a septiembre de 2004 las industrias antes representaban el 32.6% del Producto Interno Bruto (PIB).
¿Siete años después? 26.0%.
Don Tony Isa Conde, mi industrial contrario favorito (y mire que allí tengo muchos amigos) tiene mayor autoridad que yo para conceptualizar: "La década que concluye no ha sido buena para el sector manufacturero dominicano."
Una desgracia.
Digo desgracia pues, como bien declaró el patricio y dirigente histórico de los muchachos de Herrera: "por cada empleo que se pierde en el sector industrial por lo menos cinco dependientes directos son afectados, mientras que por cada empleo decente que se crea en la manufactura, cinco dominicanos salen de la miseria."
Como preferimos obviar lo negativo, ¿cómo no entender al panegirísta y los sectores económicos que olvida?
Yo, por lo menos, le entiendo.
Planes, leyes y otras cosas innecesarias
Plan de Competitividad Sistémica. Banco Nacional de la Vivienda y Fomento a la Producción. Consejo Nacional de Competitividad. PromiPYME. ProIndustria.
"Pro" esto y "pro" lo otro.
Sistémico, competitivo y cualquier otra frase cohete que se le ocurra.
Aquí ya todo está estudiado, analizado y escrito. Lo único que falta, y estemos bien claros, es algo sencilllo.
La voluntad.
En el 2011 (si quieren me retraigo al 2004 y el resultado será el mismo), TODO el crédito nuevo que apoyó a la industria manufacturera y la agropecuaria provino de la banca privada.
Cuando el crédito privado a esos sectores olvidados aumentó RD$7.3 mil millones en el 2011, los miles de burócratas del Banco de Reservas, Agrícola y el "BNVFP" (sí, así en comillas), destinaron RD$1.0 mil millones... ¡menos!
Mientras la banca le destina RD$19.8 mil millones a esos dos sectores y al consumo y los hipotecarios, la banca pública no llega a RD$2.6 mil millones.
Pregunto yo, e insisto que la pregunta no es necia, si la banca privada puede, ¿por qué la banca pública no?
Les doy una oreja: porque mientras toda la banca múltiple privada (nacional y extranjera), le destina RD$1.6 mil millones a los contratistas del gobierno, a Hacienda y al Banco Central, los tres bancos públicos, a esos vinculados, le destina RD$29.3 mil millones. ¡18 veces más que los privados!
Por eso es que, mientras a la industria se le dedica una mención, a los Metros, puentes, carreteras y autopistas le dedican, mal contadas, 27 menciones.
Sobran las palabras. Falta voluntad.
arg@betametrix.com / @argentarium
Santo Domingo, R.D., jueves, 1ro. de marzo de 2012.
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