Luis Orlando Díaz Vólquez
Guasabara Editor
Descubierta la conjura montada alrededor de la Junta Central
Electoral, para desconocer los resultados electorales que a todas luces, y el
oficialismo lo sabe, les serán adversos, como táctica han iniciado una campaña
mediática que busca golpear primero, antes que sean denunciadas la cantidad de
fraude que se les han ido descubriendo y de la que sólo una proporción ínfima
se ha enterado la población.
Empero ya una parte de los organismos internacionales relacionados
con lo electoral sí conocen lo espurio de cómo ha estado accionando la mafia morada
que enrolla un trompo con dimensiones que tocan el ámbito electrónico, con
manipulaciones en el padrón, dislocando las mesas donde corresponde votar a
sufragantes anti PLD; cambiando las fotos del padrón para que no coincida con
las cédula de identidad y electoral ni con el último padrón que se les entregó
a los partidos; incluyendo nuevos votantes después del cerrado el padrón;
habilitando muertos para asignarle esa cédula a personeros del partido de
gobierno. Y si a esto se suma un plan de “bypass” a la transmisión de los
“scaners” para que los resultados que lleguen a la JCE sean diferentes a los de
las actas generadas ellas mesas de sufragio, con el objeto de dar unos cómputos
que nunca aclararán, dando como “fait accompli” datos que buscarán validar con
subterfugios legales con un Tribunal Superior Electoral que funciona como un
comité del oficialismo, como todas las altas cortes que recién se abrogó el neo
dictador a través del Consejo Nacional de la Magistratura hecho a su medida.
Cosa de la que dieron señales recientemente aprobando alianzas ilegales de
partidos con el PLD, mientras desconocieron
varias alianzas de partidos que reúnen todos los requisitos legales en
sus pactos con el PRD. Y para rematar el presidente de la JCE Roberto Rosario,
tomar acciones en centros de votaciones donde el PLD se sepa perdido y conseguir
que esos votos no se cuenten, como ya hizo en las elecciones congresuales del
año 2008, con los votos de la junta municipal de Oviedo, donde no fueron
contados los votos quedaban ganador al senador postulado por el PRD en
Pedernales.
Registren a quienes no invitaron a la última reunión de la
Junta Central Electoral y sabréis si hay o no trama contra estos.
Se saben perdidos ante la voluntad de cambio de las y los
dominicanos que han consignado sus
esperanzas en la candidatura del ingeniero Hipólito Mejía, que ni mató ni robó,
y que en esta, la segunda oportunidad que ha pedido al pueblo y éste le ha
concedido, hará una gestión ejemplo del desarrollo humano, de la competitividad
y del rescate ético y construirá “para todos, un mejor país”.
Es hora de liberarnos de la corrupción rampante que transparencia
internacional nos escupió recientemente en la cara al señalar al país como
campeón de la corrupción y el peor en transparencia, verbigracia la corrupción
y endeudamientos a lo que han sometido al país los gobiernos de Leonel Fernández
y el PLD, que en siete años han sido la mayor en toda la historia de la
historia de la nación.
El alto costo de la vida, la inseguridad, el desastre de los
indicadores en Educación y salud, el déficit de viviendas, la destrucción del
aparato productivo nacional, la falta de empleo dignos y formales, la voracidad
fiscal, el crecimiento de las importaciones en beneficio de un reducido
círculos de amigos y funcionarios del ejecutivo, los feminicidios y carencia de
paridad de género, como toda suerte de ignominia los llevó a la desafección de
los ciudadanos. Nadie los quiere. Se van.
No saben qué hacer, con candidatos impopulares, con el
destape de escándalos internacionales de los tentáculos de la asociación
gobernante. Se saben descubiertos, están desesperados, muertos de miedo, con el
mayor hándicap en un Hipólito Mejía con las testosteronas abundantes para que no
le sea escamoneado el triunfo al pueblo dominicano y su derecho al cambio.
Santo Domingo, R.D., lunes, 19 de marzo de 2012.
No hay comentarios:
Publicar un comentario