BERNARDO VEGA
Luis Inacio Lula dejó el poder en Brasil con un 85% de aprobación de su gestión; Michelle Bachelet y Álvaro Uribe con un 70% y Oscar Arias con casi un 60%. Hoy día Barack Obama tiene un 46%. Sin embargo, el saliente presidente Leonel Fernández cuenta apenas con un 39% de aprobación y según Latinobarómetro está entre los tres presidentes latinoamericanos menos populares. ¿Por qué?
Los ex presidentes Uribe, de Colombia; y Lula, de Brasil.
Creemos que hay dos explicaciones falsas. Una plantea que ocho años en el gobierno desgastan, pero Lula y Uribe estuvieron en el poder siete años. La otra explicación falsa es que el descenso en su popularidad coincidió con y se debe a la crisis financiera mundial que se inició a mediados del 2008. En el 2000, al abandonar el poder, Fernández gozaba de un 80% de popularidad. En agosto del 2006 era el político dominicano vivo más admirado con un 40%, seguido por Amable Aristy e Hipólito Mejía pero con apenas un 3%.
Entre noviembre del 2005 y noviembre del 2007, entre un 32% y un 40% de los dominicanos percibían que las condiciones económicas del país eran buenas o muy buenas. En junio del 2007 un 44% pensaba que el país iba por buen camino y un 52% estaba satisfecho con la labor del gobierno. En diciembre de ese año un 54% simpatizaba con Fernández. Todos los atributos personales de Fernández estaban por encima del 43% y algunos llegaban a un 54%. Pero llegó la crisis internacional y ya en el actual año tan sólo un 32% piensa que el país va por buen camino.
Leonel A. Fernandez Reyna.
Pero el gobierno es el primero en recordarnos que durante esta crisis nuestra economía ha seguido creciendo, con estabilidad de precios y con aumento en el empleo. Habría pues que concluir que el país va por mal camino por otra razón que no tiene que ver con la economía.
En efecto, a partir del 2006, la violencia, la delincuencia y las drogas comenzaron a ser percibidas como el segundo problema más importante del país y ya para este 2012 son vistas como el problema más importante, el número uno, a pesar de que durante los últimos treinta años tanto el desempleo como el costo de la vida han sido percibidos como los principales males. Pero el gobierno no ha podido convencernos de que lo de la droga y sus consecuencias son también los problemas más importantes en toda Centroamérica, Puerto Rico y Haití y que no es su culpa, sino que estamos físicamente entre Colombia y Estados Unidos. La primera razón por su impopularidad radica, pues, en la violencia.
Una segunda causa es la muy creciente corrupción. Desde el 2007 un 48% percibe que en el gobierno de Leonel Fernández hay más corrupción que la que existió en el de Hipólito Mejía, proporción que ya en este 2012 ha llegado a un 57%, incluyendo a un 27% que se definen como peledeístas. Son pocos los sofisticados y con acceso que están enterados sobre las sobrevaluaciones en los contratos de obras públicas y compras del Estado, pero en los pueblos la gente nota cómo han mejorado las condiciones de vida de líderes peledeístas, muy por encima de sus niveles de sueldos. No sólo hurtan, sino que no son discretos al hacerlo y eso irrita mucho.
Fernández y el senador Félix Bautista.
La tercera razón creemos que es la “auto-encapsulación” del presidente Fernández. Con la excepción de sus discursos del 27 de febrero, pocas veces se ha dirigido a la nación (recordamos con pena su defensa por televisión de la firma de pagarés a la Sunland antes de iniciarse sus obras) y no recibe a la prensa local, a pesar de su elocuente manejo del verbo.
Esta fuerte reducción en su impopularidad puede que explique que se le haya pedido que “caravanée” solo, sin Danilo Medina. ¿Cómo afectará esto sus posibilidades en el 2016? Es demasiado temprano para saberlo, pero no gozará de la ventaja que tuvo en 1996, cuando no había estado en el gobierno, o de la situación en el 2004 y 2008 cuando la violencia, la corrupción y el “auto-encapsulamiento” eran factores menos graves.
Santo Domingo, R.D., miércoles, 07 de marzo de 2012.
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