viernes, 16 de marzo de 2012

¿Subsidio a quién?



Adriano Miguel Tejada

Un tema recurrente en la agenda pública es el denominado subsidio al sector eléctrico en sus numerosas variantes, que ahora también incluye una tarjeta dentro del programa Solidaridad que se llama "Bonoluz" y que va dirigido a los más pobres.

En realidad, lo del subsidio no es más que un eufemismo por "no le queremos cobrar la energía a los que nos pueden castigar en las elecciones".

Visto así, no se trata de un subsidio a los pobres, sino de un caramelo cuyos beneficiarios directos son los políticos que, mal utilizando el dinero de los contribuyentes, evitan tener que tomar decisiones dolorosas pero de alto interés nacional.

El gobierno no produce bienes en el sentido que los produce una industria. El gobierno extrae dinero del bolsillo de los empresarios y de los trabajadores y los aplica para cumplir sus funciones esenciales: proveer seguridad y defensa, y secundariamente, educación y salud, porque estas últimas pueden estar perfectamente en manos particulares.

El subsidio eléctrico es una aberración porque los mismos que, de acuerdo a los políticos, no pueden pagar, en general tienen celulares, juegan lotería y toman bebidas alcohólicas y, casi seguro, tienen un televisor, aunque sea pequeño, en sus casas.

Todo el mundo debe pagar, de acuerdo a su consumo y a sus posibilidades. La verdadera misión del gobierno debería ser proveer las condiciones para que el costo de la electricidad sea el menor posible, no el dejar de cobrar.

Santo Domingo, R.D., viernes, 16 de marzo de 2012.

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