PANCARTA
Raúl Pérez Peña (Bacho)
Se alborotan distintas esferas oficialistas en la pretensión de “quitarse de arriba” el fantasma de Macorís, que retrata al gobierno saliente, al entrante y al PLD gobernante.
Ya no podrá la cúpula morada culpar de todo al “gobierno anterior”. Sería “escupir para arriba”
Se anuncia un concurso que premiará la más certera respuesta ante la pregunta de si la gestión de Danilo será efectivamente distinta a la de Leonel Fernández.
Mientras tanto, el estallido de histeria colectiva en la dotación policial de San Francisco de Macorís provoca una gama de poses entre las figuras de alto copete morado.
Crece la expectativa sobre un aro de prensa que convocará el Palacio para denunciar una alegada “infiltración comunista” entre los uniformados de SFM orientada a crearle una “mala imagen” a la PN y al gobierno. Se recuerda el precedente escenificado para denunciar el golpe de Estado contra el gobierno haitiano de Michel Martelly.
No se descarta que el senador banilejo y el mocano denuncien nuevas tramas para desacreditar al gobierno.
Juan Almonte Herrera.
¿Acaso fueron poca cosa los asesinatos de William Batista Checo y Cecilio Díaz en Villa Vásquez. El montaje para “justificar” los crímenes fue desmentido por moradores y los investigadores de aquel “intercambio de disparos”.
Escandaliza lo de SFM, pero no son menos graves las torturas que traumatizaron al sicológo Lachapell de Bonao.
La descomposición policial en Macorís no envidia a la degeneración de un congreso que succiona el erario con centenares de millones de pesos, total para desvirtuar las funciones del legislador.
Pasma lo de Macorís, pero similar alarma provocan las nóminas de viceministros, cónsules y otras botellas diplomáticas que cobran en dólares. El estreno de la ira policial en el Macorís del Jaya lo que hace es renovar el rosario de graves cargas sobre los hombros del PLD, su gobierno y su Policía.
Faltando nuevas expresiones de lo nunca hecho, es para mantenerse atento, porque esto se pone bueno.
Santo Domingo, R.D., domingo, 08 de julio d 2012.
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