domingo, 8 de julio de 2012

Hidrocarburos: Venezuela-RD


Narciso Isa Conde 

Las iniciativas de cooperación  y solidaridad  de Venezuela hacia la República  Dominicana tienen como principal escenario Petrocaribe y la Refinería Dominicana de Petróleo (Refidomsa), esta último recientemente convertido en empresa binacional (dada la adquisición por la parte venezolana del 49% de sus acciones).

Petrocaribe es un programa multinacional subregional que le permite a nuestro país comprar petróleo y derivados a través de créditos blandos a largo plazo. Su contenido solidario, generoso, hacia países no productores de petróleo es único a escala planetaria y ha sido muy bien valorado.

La distorsión de este programa en el caso dominicano estriba en la existencia de un Estado irresponsable y  socialmente insensible y deshumanizado, articulados no pocos de sus altos funcionarios a los negocios privados en ese renglón; empecinado por demás en usar los combustibles como fuente de impuestos leoninos destinados al pago de una deuda externa onerosa y mecanismo de dispendio y robo.

El gobierno no paga ni en efectivo ni en especie (productos agrícolas, alimentos…) los compromisos contraídos con Pedevesa como empresa suplidora, generando una deuda de  más de 2,700 millones de dólares.

En la sociedad dominicana, junto a la idea de la bondad del programa venezolano, es generalizada la queja frente al hecho de que sus beneficios no llegan al pueblo. No se sabe qué hará el gobierno bolivariano para inducir a la parte dominicana a comportarse de otra manera, pero lo cierto es que la ejecución por el gobierno peledeísta del programa de Petricaribe está muy distante de la intención del presidente Chávez.

Por otra parte, Refidomsa, como empresa mixta interestatal fuera del control de las transnacionales del petróleo después de desinteresar la Shell Company, es otra oportunidad para poner en práctica una política socialmente justa en el ámbito de los combustibles, sobre todo si la gran experiencia venezolana y el nuevo modelo social de Pedevesa le sirven de ejemplo; y sus ganancias, que pueden crecer considerablemente, se destinan a planes sociales de profundo calado humano.

Todavía bajo el viejo esquema dominicano se alega que sus beneficios se han usado para amortizar los precios de los combustibles, cuando se sabe que la ley correspondiente se ha manejado para abultar los impuestos vía alzas de precios al consumidor; y que, por su  manera de operar, esa empresa se presta a múltiples irregularidades.

La participación venezolana, portadora de otra visión, que incluye programas sociales de impacto, está siendo torpedeada por un sector de la parte dominicana dentro del Consejo de Administración, y muy especialmente desde la secretaria o  gerencia administrativa que encabeza el señor Viriato Sánchez, tecnócrata forjado al viejo estilo de la asociación con la Shell.
Santo Domingo, R.D., domingo, 08 de julio de 2012.

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