Félix Santana García
Economistas, financistas, agentes económicos y público en general se han pasado los últimos ocho años de la actual gestión gubernamental del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) criticando los desaciertos que en materia de administración financiera han tenido las autoridades sin que se hayan molestado en corregir los errores, procedimientos y malas prácticas técnicas que han aplicado.
Se ha perdido dinero y tiempo durante todo este lapso tratando de que la actual administración se encause por las sendas correctas de manejar el erario, pero esto no ha sido posible ya que siempre ha primado el interés de gobernar solo para uno o dos sectores de la comunidad dominicana, sin que se acuerden de que existen otros estratos sociales que necesitan que se les atienda.
Siempre ha reinado la falta de sensibilidad social en la aplicación de políticas públicas efectivas. Ante esta situación pensadores sobre esta calamidad han tenido que recurrir a la parte negativa de la naturaleza misma del ser humano, pues en este mundo así como existen filántropos, con amor al prójimo, también existen los misántropos o personas con odio o animadversión a sus semejantes.
Se ha tratado hasta el cansancio para que las autoridades apliquen correctamente las herramientas que enseña la administración financiera, a los fines de evitar incurrir en errores evitables al manejar con responsabilidad y criterio el dinero que les ha tocado administrar, producto de las recaudaciones fiscales, donaciones, préstamos y transferencias, pero esto no ha sido posible.
A pocos días de terminar el segundo mandato consecutivo del presidente Leonel Fernández Reyna, se continúa con la mala práctica de endeudar el país, sin mirar las consecuencias y sin tener en cuenta que el próximo gobierno de su mismo partido, encontrará erosionadas las finanzas públicas. ¿Cómo hubiese sido entonces si el Ing. Hipólito Mejía Domínguez del opositor partido PRD habría resultado ganador de las pasadas elecciones nacionales?
En ningún momento se ha visto que se haya hecho algún esfuerzo aunque este haya sido mínimo en disciplinar el gasto público. Parece ser que esta es una acción que requiere de mucho trabajo cuando en realidad lo que ha faltado es voluntad política para que se respete la institucionalidad pública.
La nación dominicana no ve por ningún lado el más elemental sacrificio para que el dinero público sea manejado con equidad, pulcritud y justicia. Estas autoridades no han sido capaces, no por desconocimiento de que se gaste en función de los niveles de ingresos que percibe el país, de evitar el despilfarro que les ha caracterizado.
Dentro de pocos días se inicia la nueva gestión de gobierno del PLD y, aunque son pocas las expectativas que se esperan por la situación deficitaria en lo interno y externo que enfrentará, no se augura que podrá salir airosa en su gestión ya que las arcas están vacías y esta no tendrá mucho rejuego en sortear las tantas dificultades que tendrá que administrar.
Decía el señor Winston Churchill estadista Ingles: “Se necesita coraje para pararse y hablar, pero mucho más para sentarse y escuchar”. Ojala que las próximas autoridades tengan un poco mas de sensibilidad social y sepan poner sus oídos en el corazón de los dominicanos, priorizando las verdaderas necesidades que requiere el pueblo desposeído.
Estas reflexiones carecen de las manoseadas estadísticas que estilan soportar las mismas, ya que hasta quien las suscribe siente redundar por las veces que estas se han esgrimido como prueba de la mala gestión de gobierno que hoy se vanagloria de su buena gestión cuando lo que verdaderamente deja el endeudamiento y déficit fiscal más alto que registra la historia republicana.
¿Hasta dónde las próximas autoridades tendrán juicio, amor, fe y temor al altísimo, para honrar los compromisos y promesas que durante la campaña electoral le ofrecieron a esta nación? ¿Caerán de nuevo en puras demagogias o proselitismo político, llevando al dominicano a un nuevo sueño con la más horrible pesadilla? En ese sentido solo basta esperar el próximo cuatrenio y que Dios se apiade de todos los dominicanos.
Santo Domingo, Rep. Dominicana, lunes, 06 de agosto de 2012.
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