Narciso Isa Conde
Si me acusan de decirle ladrones a los ladrones y asesinos a los asesinos, creánle.
Si dicen que denuncié narcos-generales y narcos-políticos por su nombre, no lo duden.
Si le duele a alguien que esta sociedad conozca las “alcancías” del presidente, asumo la responsabilidad que me corresponde.
Si me quieren enjuiciar por las denuncias de corrupción, saqueo de los recursos naturales, estafas, explotación, discriminación, concesiones onerosas, intervención militar de EEUU, represiones, crímenes…contenidos en las catorce ediciones de Tiro al blanco y sus versiones por TV y digital, no hay problema, es mi honrosa “culpa”.
Si es “pecado” decirle “oprobios” a Barrick, Falcondo y comparsas, me considero “pecador” impenitente.
Si me quieren criminalizar por respaldar todas las protestas, indignaciones e insurgencias populares, aquí y en el exterior, (incluidas la colombiana, mexicana, europeas, palestina, norafricanas…), jamás negaría la certeza de esa acusación.
Si ponen en sintonía los grandes medios de comunicación para señalarme como agente de la subversión anticapitalista, partidario del socialismo y comunista sin remedio, se trata de “cargos” que he asumido con orgullo.
Todo eso es verdad en la dimensión que se le antoje a los que detentan el poder económico, social, político y militar del país, y a la gran burguesía transnacional que los apadrina; acompañada siempre de su CIA, Mossad, Pentágono, FMI, BM…tutelando su DNI, J2, G2, M2, A2…con su LEO-neles y su TEMO-res de la mano de renegados y traidores.
La mentira, la infamia, es otra. Es usar el mayor poder radial del país para atribuirme chantajear un centro del libro, con supuesto acto alguacil de por medio, disque para impedir la puesta en circulación de una obra, no importa cual sea su contenido.
Quienes ha seguido mi trayectoria saben que no soy de ese tipo que gentuza. Que nunca en mi vida he recurrido al sistema judicial con esos fines y jamás he coartado el derecho a la expresión de nadie, ni ejercido el chantaje con tal propósito. Prefiero que la difamación se desborde, ante que asumir el rol de censor o el de chantajista.
Eso es lo que se llama un invento perverso, evidente porque nunca han mostrado la referida “acta de alguacil” ni testimonio alguno de la empresa supuestamente intimada.
Pero además, téngalo ustedes por seguro, que cuando el amo ha osado azuzarme su perro de ocasión, nunca he optado por atacar al perro, sino por darle en el epiplón al amo.
Santo Domingo, Republica Dominicana, domingo, 05 de agosto de 2012.
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