Danilo Cruz Pichardo
La Constitución de la República, en su artículo 128, numeral 2, le otorga al jefe de Estado la facultad exclusiva de nombrar a los ministros, viceministros y demás funcionarios públicos. Es una competencia exclusiva del primer mandatario que ningún ciudadano cuestiona.
Y el presidente Danilo Medina tendrá sus razones para ratificar a funcionarios con imagen desfavorable y desgastada por el ejercicio de ocho años consecutivos y que también estuvieron en la primera administración peledeísta, período 1996-2000. En su mayoría son miembros del poderoso Comité Político del partido oficial.
Medina, sin embargo, desaprovechó la tregua de 100 días que se suele dar a los nuevos gobiernos. Al repetir tantas caras, a su gobierno se le percibe como la continuidad del anterior y no como una administración que inicia y que merece la oportunidad del tiempo.
Se debió ponderar la valoración que tiene la población de las diferentes figuras que aparecen en el gabinete. Hay personas nuevas, es minoría, cuyo perfil se desconoce y consecuentemente estarían liberadas de rechazo. Y entre las caras conocidas hay dos o tres funcionarios de muy buena reputación pública, como son los casos de Francisco Domínguez Brito y Rubén Bichara.
Pero el grueso está incapacitado de promover un examen de imagen pública realizado por los distintos sectores de la población. Por esa razón el empresariado y otros sectores de la sociedad civil insistieron tanto en un cambio de gabinete. Su pedido no tuvo la respuesta esperada.
El repetir con funcionarios, en muchos casos desacreditados por la imputación de actos dolosos, tiene un fondo político muy poderoso, que podría revelar compromisos con el pasado o, en cambio, anticipa futura lucha por el liderazgo del PLD que involucra el control estratégico del Comité Político.
No se observa otra razón, por el momento, que explique ese gabinete de mayoría impopular, que se le estruja en la cara a la gente. Hasta a Felucho Jiménez, el mismo que estuvo en Turismo, pero que es miembro del Comité Político, lo nombraron en la Refinería.
Santo Domingo, R.D., jueves, 23 de agosto de 2012.
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