Por Miguel Guerrero
De La columna de Miguel Guerrero
El déficit fiscal admitido por el gobierno es casi cuatro
veces superior al hoyo del BANINTER. Hablamos de un faltante de más de 150 mil millones de pesos, con posibilidades de
alcanzar los 200 mil millones al concluir el año.
Si aquél caso costó cinco parches tributarios y un millón
de nuevos pobres, la dimensión de este nuevo descalabro fiscal, el más grande
jamás sufrido, no permite cálculos inmediatos acerca de sus efectos desastrosos
en la economía porque es tan inmenso que no consiente predicciones.
La diferencia entre un hoyo y otro es que mientras el
primero fue el resultado de un colosal fraude bancario, que el presidente
Fernández y sus ministros intentaron atribuir a una mala conducción de la
economía por el gobierno de entonces del PRD, el admitido ahora es el fruto de
un uso inmoral e ilegal de los recursos públicos por parte de una
administración que estuvo hipnotizando al país con la ilusión de una economía
blindada y una estabilidad a toda prueba.
Leonel Fernandez, Temistocles Montas y Hector Valdez Albizu, en rueda de prensa en octubre de 2006.
Resulta que esa estabilidad macro-económica, de la que
todavía se vanagloria el gobierno, es una grosera mentira; una burbuja a punto
de desmoronarse.
Si el hoyo del Baninter dio lugar a un juicio y a una
sentencia de cárcel a los responsables, lo menos que podría esperarse es que
esta quiebra también fraudulenta y deliberada de la economía sea castigada y se
enjuicie a los responsables, porque la situación a la que hemos llegado es el
fruto de consistentes prácticas violatorias de las normas establecidas para el
uso del patrimonio público.
No se puede obligar al pueblo a pagar en cuatro años con
nuevos impuestos, el costo del despilfarro sin que los causantes reciban el
justo castigo por sus faltas.
Ni es razonable otra dolorosa reforma mientras
funcionarios, congresistas y “amigos” del poder, continúan en disfrute de
barrilitos, nominillas y otros irritantes privilegios.
Santo Domingo, R.D., martes, 09 de octubre de 2012.
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