domingo, 8 de junio de 2014

No nos dejemos llevar

Por Bonaparte Gautreaux Piñeyro

Lo importante es el hoy y el futuro, “el pasado es prólogo”, dijo Shakespeare. La realidad de hoy se publica, se conoce, se tuitea, se “wasapea”, se envía como mensaje de texto de una y otra forma. La realidad de hoy es otra, se inventa y se reinventa como se inventa y se reinventa la vida. Si antes tardábamos días, semanas y a veces meses, para enterarnos de uno u otro invento, de uno u otro descubrimiento, hoy estamos informados de los experimentos que se realizan en pos de descubrir modos de prolongar la vida, por ejemplo, o equipos para acelerar las comunicaciones.

Ni siquiera los inteligentes y creativos productores y dibujantes que poblaron la imaginación de millones de niños durante décadas, ni siquiera ellos fueron capaces de pensar en la clonación de elementos vivos.

Cuando Flash Gordon viajó a la Luna fue una hazaña tan grande que no cabía en una película y hubo que filmar una serie que le permitió al protagonista viajar a Mongo, a Marte y no recuerdo dónde más.

La prodigiosa imaginación de Julio Verne marcó el inicio de investigaciones científicas y técnicas que permitieron el submarino atómico, los viajes al espacio exterior y el entierro más estrambótico que se conociera después de aquel cortejo fúnebre que recorrió a Chicago para que luego, siglos después, los tígueres dominicanos enterraran a sus matatanes al ritmo de bulliciosos aires musicales que escandalizan a mojigatos y a revolucionarios.

Nunca digas nunca jamás, pero como ya sabes que todo es posible: enviar mensajes sin palomas mensajeras, música de todos los géneros durante todos los días a todas horas, colocar imágenes en minúsculas pantallas de teléfonos que distan mucho del tamaño de una pantalla de cinemascope, que puedes escoger de un sinfín de películas, videos, documentales, programas en vivo, llevarlos, escucharlos, verlos y hasta compartirlos con quien desees.

Nunca digas nunca jamás porque oyes, ves y aceptas como bueno acciones, pensamientos, escritos, consejos, preparados para que aceptes el narigón con el que quieren manejarte.

En muchas ocasiones aceptamos como bueno y válido lo que no debíamos, porque estamos más o menos acostumbrados a situaciones que nos afectan pero nos acotejamos.

Eso que llamamos instituciones son creaciones humanas con fines de facilitar el respeto a los derechos de todos y establecer reglas de buen gobierno, para que si alguna autoridad intenta atropellar a un ciudadano ese ciudadano tenga una instancia donde encuentre justicia.

Cuando las instituciones están secuestradas por marrullas, compra de voluntades, uso de recursos públicos para imponer el Presidente de la República, los Jueces de los Tribunales Superiores, para gobernar sin respeto por los intereses populares, es el momento de cambiar la situación con la anuencia de la autoridad o sin ella.  bgp@jgseguridad.net  

Santo Domingo, R.D., sabado, 07 de junio de 2014.

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