martes, 17 de junio de 2014

¿Una nueva reforma constitucional?

Por TEÓFILO QUICO TABAR

Analistas preocupados por el presente y futuro democrático e institucional del país plantean la posibilidad de una nueva enmienda  Constitucional. Las motivaciones son diversas, pero  casi todas  orientadas  a establecer límites al ejercicio presidencial,  evitar que se afecte la integridad de los partidos o para que los presidentes dispongan de mayor tiempo  para cumplir sus programas de forma continua. 

Hay quienes entienden que los presidentes solo deberían agotar 2 períodos de 4 años, consecutivos o alternados como establecía la Constitución anterior; otros sugieren que  podrían agotar dos períodos consecutivos  y luego de cuatro años de por medio  un tercero y último; y recientemente el Ing. Leandro Guzmán ha planteado la posibilidad de extender el período a 6 años y que no puedan postularse jamás.

Sin entrar   en detalles  sobre las dos primeras sugerencias, en lo que respecta a  la del estimado amigo Leandro Guzmán,  aunque dudo que el Presidente Medina se anime a una fórmula de esa naturaleza, hay  que estudiarla. No solo  en cuanto se refiere al período presidencial, que  de partida  algunos  lo rechazan argumentando que retrotrae situaciones  históricas no aconsejables, además de que se aplicaría en  casos futuros y no  al actual mandato; sino en lo concerniente al Congreso y Ayuntamientos, puesto que a  los legisladores, alcaldes y regidores  elegidos en el 2010 se les extendió el período por dos años, y  en el 2016 cumplirán 6 años. Por lo que,  si se aprobara la fórmula sugerida, esas autoridades agotarían  8 años en sus funciones, sin elecciones. 

Bajo el supuesto de que  8 años para las autoridades congresuales y municipales resulten mucho, y deban someterse al escrutinio popular en el 2016, si se  amplia  el período a 6 años  para todos los elegibles, volveríamos a tener elecciones de medio término. Esto es, elecciones Congresuales y Municipales en el 2016 y Presidenciales en el 2018. 

Algunos podrían discrepar de esa propuesta, entendiendo  que no es conveniente, o que no es el momento oportuno. Otros podrían considerar que las modificaciones constitucionales no se pueden hacer adecuándola a situaciones particulares,  pero de cualquier manera resultan  interesantes. Representan  ideas o sugerencias diferentes tratando de  ambientar a la ciudadanía sobre posibles bases constitucionales futuras que solidifiquen nuestro sistema democrático e institucional. 

Constituyen formas positivas de hacer, crear y robustecer la conciencia democrática. Lo importante es que se discutan. Que no solo opinen los que se consideran constitucionalistas, pues tienen que ver con el presente y futuro de todo el país,  en lo político, económico, social, cultural. 

La Sugerencia de Leandro Guzmán resulta interesante,  como también otras que se  plantean en diferentes escenarios. Porque es innegable que en una parte importante del país pensante se reflejan  dudas  en cuanto a nuestro futuro democrático. Mucho más,  cuando procuran fortalecer la institucionalidad, al margen de las conveniencias partidarias. Lo importante  es determinar el momento en que deben hacerse, y cuando pueden entrar en vigencia. Sin premura y sin que puedan ser catalogadas de  trajes a la medida.  tabasa1@hotmail.com  

Santo Domingo, R.D., martes, 17 de junio de 2014.

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