sábado, 5 de julio de 2014

ALECCIONADORA HISTORIA


Por PEDRO P. YERMENOS FORASTIERI

Hace unas semanas,  descubrí una historia aleccionadora que paso a contarles por considerar que todos, de una u otra forma, podemos aprender de ella y usarla para alcanzar una vida mejor, más sosegada, más realista, más en paz.
Junto a dos amigos y a miembros de mi familia, viajé a Puerto Plata. Una particular oyente del programa de radio en el cual trabajo, la cual reside en aquella ciudad, había manifestado su deseo de conocerme y aproveché el viaje para ese propósito.

A ninguno de mis acompañantes les había informado de la condición especial de la persona a quien íbamos a conocer. Por eso, todos quedamos muy impactados al tener el primer encuentro con ella. No obstante, nada se compararía con las emociones que nos surgieron a partir de ese episodio, ni con las lecciones de vida que nos legaron aquellos minutos memorables.

 Rebeca Barrera tiene parálisis cerebral. Impedida de usar sus cuatro extremidades y, con muchísimas dificultades, apenas puede articular palabras. En esas difíciles circunstancias, al narrarnos lo que hace con su existencia, nos hizo sentir una inusitada mezcla de recriminaciones a nosotros mismos y de sacudimientos para abandonar para siempre esa tendencia errónea de reparar en exceso en las tonterías que nos faltan, en vez de disfrutar de las abundancias que nos sobran.

Usando su boca como instrumento mágico y con una determinación de acero, mi recién estrenada fuente de motivación se ha convertido en una excelente pintora que ha realizado exposiciones colectivas e individuales; enseña a pintar a niños de la ciudad; asiste a espectáculos de sus artistas favoritos; viaja a eventos internacionales de organizaciones a las que está afiliada; se comunica por internet con amigos con una redacción y ortografía envidiables, y tiene tan buen sentido del humor que se permite hasta hacer chistes sobre la base de su propia condición.

Al despedirnos se produjo el éxtasis mayor. Le manifestamos el privilegio que sentíamos por haberla conocido, le reconocimos sus enormes logros, al tiempo de asegurarle que sería una inspiración constante para nosotros. En ese momento nos erizó: “En mi vida tuve dos opciones, amargarme, y amargar a las personas que me  rodean, o ser feliz. Opté por la segunda”. 

En ese instante se redimensionó para nosotros nuestro viaje a la costa atlántica. Ninguna de las otras actividades nos proporcionó mayor alegría. Ninguna nos ensenó tanto. Ninguna nos servirá igual, como antídoto infalible ante cualquier tropiezo. pyermenos@yermenos-sanchez.com 

Santo Domingo, R.D., sábado, 05 de julio de 2014.

No hay comentarios:

Translate