miércoles, 24 de marzo de 2010

Lo que se oculta y se niega, se legitima




Tahira Vargas

En nuestro país se recurre continuamente a la negación de la violación de derechos humanos frente a la prensa internacional, aún cuando esta realidad sea parte de nuestra cotidianidad.

Uno de los derechos que son violados continuamente es el de las personas de piel negra con las frecuentes discriminaciones que sufren. Esta discriminación racial ha sido negada por las autoridades y por distintos medios de comunicación que entienden que el reconocimiento del racismo es una “ofensa” a nuestra sociedad. Cuando la real ofensa es que exista la discriminación.

El racismo en la sociedad dominicana ha existido en toda nuestra historia desde el momento en que llegaron los españoles a la isla. En la llegada de los colonizadores había una visión totalmente etnocéntrica del mundo y de la humanidad donde se consideraba que toda persona que no fuera blanca era inferior. De ahí que se esclavizara la población indígena nativa y luego a los africanos que fueron secuestrados y obligados a salir de sus tierras para trabajar como esclavos.

Hoy, el racismo sigue presente en nuestra cotidianidad con matices diferentes a la colonia pero subyace la misma visión ideológica, “el negro no es gente”. Esta expresión muy presente en nuestra vida cotidiana, se aplica tanto a la población dominicana de piel negra (que es la mayoría, aunque no lo reconoce), a la población dominicana de ascendencia haitiana como al migrante haitiano.

El racismo lo podemos palpar con preguntas a personas de piel negra en distintas provincias del país en varios estudios realizados, a quienes se les cuestiona sobre las distintas situaciones de discriminación vividas y se obtiene una lista interminable de exclusiones, humillaciones, insultos e incluso violencia física.

Algunas de estas expresiones discriminatorias las encontramos en:

•Discotecas y lugares nocturnos que no permiten la entrada a personas de piel negra y que disfrazan esta práctica racista con otras excusas.
•Prácticas policiales de persecución a jóvenes de piel negra en residenciales porque supuestamente parecen “delincuentes”. Se han producido casos de jóvenes que en su zona residencial caminan hacia su hogar y son detenidos por la policía para investigarlos “por sospechosos” porque son negros.
•Centros educativos. En los centros educativos expulsan a jóvenes de ambos sexos que lleven trenzas o el pelo crespo al natural, considerados “peinados raros” y exhortan a las jóvenes a “desrizarse”.Situación que muestra una fuerte carga de discriminación hacia el pelo crespo en su forma natural, al que le llaman “pajón”.
•Restaurantes. En muchos restaurantes las personas negras son las últimas en atender (observaciones realizadas in locus) y tomarle la orden, o si están acompañadas de personas de piel blanca no le toman la orden de comida o bebida porque consideran que es personal de “segunda categoría” (expresión que denota una discriminación racial vinculada a la clase social, negro—sinónimo de pobre).
•Tiendas y plazas comerciales ubicadas en lugares de estratos medios-altos. En ciertas tiendas y plazas comerciales personas de piel negra han sido interrogadas por “sospechosas” y se duda de su poder adquisitivo.
•Autobuses. En guaguas públicas que viajan hacia el interior del país o del interior hacia Santo Domingo, algunos chóferes desmontan a personas de piel negra por ser “prieto” con expresiones como “no quiero prietos en mi guagua”. En los diferentes chequeos militares que se encuentran desde provincias del Suroeste hacia Santo Domingo se tiende a sacar de las guaguas a toda persona que se “vea” como negra porque parecen haitianas, las humillan y le revisan su documentación.

La discriminación racial en nuestro país afecta notablemente la cohesión social y es una violación a los derechos humanos de las personas negras. Esta discriminación se oculta ante los organismos internacionales y con ello se legitima.

Lo que “no existe” no necesita ser intervenido, cambiado ni erradicado. En el momento en que el estado dominicano niega la existencia de una realidad que afecta a la gran mayoría de nuestra población, que es negra y mulata, está condenándola a seguir viviendo en exclusión e inequidad.

Solo se puede erradicar el racismo si se asume en forma clara y transparente su existencia y se desarrollan políticas sociales y educativas dirigidas a su erradicación.

Las personas que más se perjudican de esta negación y ocultamiento de la discriminación racial somos todo el pueblo dominicano. Mientras exista racismo y discriminación no se puede lograr: relaciones de igualdad, armonía, confianza, democracia y sobre todo desarrollo humano.

Santo Domingo, R.D., miércoles, 24 de marzo de 2010

tahiravargas@yahoo.es
http://www.clavedigital.com/App_Pages/opinion/Firmas.aspx?Id_Articulo=17208

No hay comentarios:

Translate