martes, 13 de julio de 2010

El culto a la personalidad y la re-postulación, genera corrupción






Luis Ma. Ruiz Pou

El “Culto a la Personalidad” o “Culto a la Persona”, es a la adoración y adulación excesiva de un líder vivo, carismático. Por lo general unipersonal, especialmente un jefe de Estado.

Este término fue acuñado en 1956 por el Secretario General del Partido Comunista de la Unión Soviética Nikita Krushchev, al pronunciar un discurso en el que denunciaba a Josif Stalin, en el XX Congreso del Partido. En esa ocasión definió el “Culto a la Personalidad” como una elevación en dimensiones religiosas o la admiración a nivel de religión de figuras líderes carismáticas en la sociedad o la política.

Nikita Krushchev

Dentro de las características del “Culto a la Personalidad” tenemos: La presencia exagerada de imágenes, vallas, fotografías y eslogan en los medios masivos de comunicación, entre otros.

En cuanto a la “Corrupción”, es "el abuso de poder público para obtener beneficio particular" (Monografía.com). En su actual sentido social y legal, es la acción humana que viola las normas legales y los principios de la ética, mediante la desviación de caudales públicos hacia objetivos distintos (campaña política) a los que consigna el presupuesto en ejecución.

A partir de la juramentación de General Rafael Leónidas Trujillo y Molina, en el año de 1930, como presidente de la república (jefe de estado), en nuestro país se desarrolló el “Culto a la Personalidad”, a tal grado, que al del “Jefe”, con rango de generalísimo (al estilo Francisco Franco) se le agregó el título de “Benefactor y Padre de la Patria Nueva”.

El “Culto a la Persona” de Trujillo, se inició con los eslogan, afiches y comentarios de intelectuales por los medios de comunicación para favorecer el continuismo del “Jefe”, vía la re-postulación presidencial. Trujillo utilizó fondos públicos para su continuismo de estado (re-postulación), que finalmente lo convirtió en un dictador.

El 30 de mayo de 1961 terminó la “Era de Trujillo”, sin embargo, la muerte física del “Jefe” y la desaparición de la dictadura unipersonal, no hizo desaparecer el “Culto a la personalidad”.

Tenemos de ejemplo al doctor Joaquín Balaguer y Ricardo, quien forzó el continuismo de estado a través de consecutivas re-postulaciones, al grado tal que para mantenerse en el poder utilizó no solamente los caudales públicos, sino que llego a fomentar la corrupción administrativa. En una ocasión, Balaguer dijo que en su administración de doce años habían surgido trescientos (300) nuevos millonarios. Luego a Balaguer se le bautizo como “Padre de la Democracia”

Hoy vemos cómo la ambición de poder que ha demostrado el actual mandatario y presidente del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), doctor Leonel Fernández Reyna, ha desatado “los demonios del continuismo” y el culto a su persona.

Con Leonel, algunos medios de comunicación se benefician del caudal público, de ahí que estos kamikazes, lo han bautizado como el “Príncipe”; cosa que le ha encantado, llegando sus conmilitones a elaborar una campaña de imagen para la Primera Dama bajo el eslogan de: “Con ella, seguimos con él”. A partir de ahí, comenzaron a aparecer gigantescas y carísimas vallas promocionando simuladamente la re-postulación del “Príncipe”, como la que figura en la Avenida 27 de Febrero, y otras en la que el nuevo perínclito aparece pensativo, mirando hacia el futuro. ¿De dónde sale el dinero para el pago de esas valla?

Por esas chulerías mediáticas, al “príncipe” se le despertó el apetito del continuismo, que hábilmente engatusó al imberbe “Miguelito”, elaborando el famoso “Pacto de las Corbatas Azules” y así lograr modificar en su totalidad la Constitución en beneficio de Él y sus allegados empresarios de FUNGLOBE. En la misma, fue abolida la “re-postulación presidencial (muchos equivocadamente hablan de reelección).

Las intenciones del “Príncipe” han sido tomadas en cuenta por sus funcionarios, quienes no siendo “Pendejos”, están metiendo mano al presupuesto nacional para promocionar tanto a la Primera Dama como a Leonel y favorecerse económicamente asimismo. De ahí los escándalos de corrupción y lavado de dinero proveniente del narco denunciados por algunos de los medios; sin embargo, el “Príncipe” está como aquel merengue sin letras: -“No dice nada, no dice nada”-.

Es por eso la existencia de esa amplia tolerancia hacia esos funcionarios señalados como corrupto, que en algunos casos son “patológicos”, por el goce de privilegios de estado que permite que prevalezca una moralidad del lucro privado sobre la moralidad cívica.

¿Será cierto que el “Culto a la Personalidad” y a la “Re-postulación” genera corrupción? Habría que preguntárselo, entre otros, a los “sicarios” de la comunicación de masa, que no son pocos y que al país las mesadas les cuestan aproximadamente unos 700 millones de pesos cada mes. ¡¡¡Coooomo!!!.. ¡¡¡Si, si, mensualmente!!!

Santo Domingo, R.D., 13 de julio de 2010


http://www.desdemiescritoriord.blogspot.com/

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