EL ROEDOR // Aristófanes Urbáez
El Presidente y Danilo Medina abordaron ahora, uno en Francia, y el otro en el programa de Huchi y Patricia Solano, el problema de la deuda social con los pobres, que según el famoso cristal de Campoamor, se ve distinto. El meollo es la siguiente pregunta: ¿para qué crecer 6, 7, 8 y hasta 9% del PIB, si los pobres siguen viviendo con lo mínimo a orilla de los ríos y en los cinturones de miseria de las ciudades? Contrario a los modelos de crecimiento que algunos dicen que copiamos (Taiwán, Corea del Sur, Malasia, Singapur, y hasta Chile y Brasil); unos, que han erradicado la pobreza, y otros, la han disminuido sustancialmente, el modelo dominicano no parece sacarnos de la pobreza. Hay quienes lo niegan todo, la impugnan todo; sabemos de la fiereza de la lucha política en países como el nuestro; los más sensatos saben, y así lo expresan en escritos y en las urnas, que el acceso de las masas pobres a mayores estándares de vida, el pago de la deuda social, viene ejecutándose aunque no con la celeridad deseada. Y al margen de la violencia social y del narcotráfico ñepidemia mundial el últimoñ; los más viejos saben de carencias y que las principales ciudades desde la Era de Trujillo no tenían acueductos, ni sus campos poseían calles asfaltadas, ni centros de Internet, ni escuelas, ni multiusos, ni canchas deportivas, ni play, ni infraestructura alguna (los Dres. Pablo Ma. Hernández, Virgilio Bello R., Diógenes Céspedes, Mariano Germán, Faustino Jiménez, para citar de todos los colores, escribieron alguna vez de su niñez y sus traslados a lomo de burros y caballos a la escuela más próxima, a varios kilómetros de sus hogares en los campos en que vinieron al mundo). No estamos en el país ñaunque la insensatez lo niegueñ que encontró Juan Bosch en 1961 con los niños con los ‘bimbicitos’ afuera, descalzos, llenos de parásitos y viviendas de lodo y cal “al igual que las chozas de los indígenas que encontró Colón en La Española” (Composición Social Dominicana, Cap. VII). Afirmar lo contrario, es comportarse como fanático de atar o un obtuso nato. Lo que sí existe en el país ñ¡y vayan a sus armarios!ñ era lo que decía el sonriente poeta ‘Quillito’ con su eterno cigarro en los labios: “Poeta Babú: vivimos en tres países”. Se refería al de la élite o ricos (postmoderno, de la tecnología de punta y todos los powers); el moderno, conformado por la clase media-media y media alta, que viajaba y tenía acceso a la educación superior y a todos los aparatos electrónicos y a todos los despachos y dependencias; y al pre-moderno: el de las compraventas de Corporán; de los gitanos de los triciclos, de los trabajadores que nunca ganan lo necesario (y si lo ganan, los patronos no se los pagan); en fin: la inmensa masa de pequeños burgueses que fueron fundamentales en la conformación de la República y nuestros procesos socio-políticos y débiles instituciones, según dice Bosch en cinco libros que hoy se pueden leer juntos gracias a la tesonera labor de la Fundación Juan Bosch, doña Carmen Quidiello Vda. Bosch (foto) y su Asistente Personal, Dr. Diómedes Núñez Polanco: “La pequeña burguesía en la historia de la República Dominicana, Composición Social Dominicana, Capitalismo tardío en la RD, Clases Sociales en RD y Colección de estudios sociales”.
Peledeístas no leen
Si los peledeístas leyeran a Bosch, el camino a desbrozar luciera claro, aunque es bueno señalarle a los indigestos de teorías elaboradas en laboratorios extranjeros, que “pintar pajaritos en el aire” es una cosa, y la praxis, otra bien distinta. Bosch era el teórico, que con sus reflexiones, observaciones y analogías, llegaba a conclusiones precisas sobre el camino a seguir o guía teorética, pero el paternalismo, la politiquería, los vicios y deformaciones, el clientelismo y partidarismo denunciados por él, que no tuvo una oportunidad de gobernar después de los siete meses del 1963 (hecho que también produjo en él otros libros enriquecedores y nuevas reflexiones), son realidades del ejercicio del poder en un país lastrado por las ambiciones pequeño-burguesas, la deuda social acumulada, una burguesía parasitaria y el torniquete de las fuerzas imperiales extranjeras, que pone todo tipo de resistencia y valladares a los procesos de cambios. Esos impedimentos ñsufridos por todos los gobernantes que han querido empujar el paísñ dejan corta a cualquier teoría, por correcta que sea. Y esto, no lo decimos por justificar a nadie, pero no es lo mismo gobernar que diseñar un programa de gobierno.
Leonel y Danilo

Santo Domingo, R.D., sábado, 10 de julio de 2010
http://listindiario.com/puntos-de-vista/2010/7/10/149834/El-pais-que-hay-y-el-que-queremos
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