martes, 13 de julio de 2010

Gobernar es enfrentar los problemas






Rosalina Perdomo Montalvo

Se habla de contradicciones internas y conspiraciones dentro de la policía nacional o los estamentos armados; esto es motivo de alarma para la ciudadanía. Un sistema democrático no puede permitirse estas luchas intestinas entre aquéllos que están supuestos a cuidar la institucionalidad, el estado de derecho, y los integrantes del país. Suponemos igual que el jefe de la policía que existen esas luchas de poder internas. Si así no fuera no tendríamos tantos males en una isla tan pequeña.

La época de los doce años de Balaguer remite a peleas entre jefes armados, lo que devino en bandas. El presidente de marras lo permitió. Los ciudadanos nos perjudicamos con esas funestas competencias. El estado de derecho quebró y otros males se entronizaron en nuestra sociedad dominicana, males que todavía padecemos aun más y de forma dramática.

Por razones inexplicables dentro de una lógica política-ética, casi todos los sucesivos gobernantes pactaron con el poder y sus mieles. Con tal de permanecer en la silla y huir de los golpes de estado militares que siempre han estado en uso en nuestra América Latina, han preferido hacerse de la vista gorda de tantos desmanes perpetrados por ciertos sectores.

Cuarenta años después todavía padecemos de la misma enfermedad. Nos urge que el presidente se olvide de su reelección y ponga su mirada y sus esfuerzos en sanar los focos de infección que pueden llevarnos a la muerte de la democracia y la institucionalidad. Si no es así se quedará sin país para gobernar. Pasaremos a ser un campo de batalla entre supuestos delincuentes, pobres ciudadanos y cazadores impenitentes.

La delincuencia tiene muchas razones y orígenes. La pobreza y oportunidades de vida digna sin duda son variables determinantes. La delincuencia viene de arriba y de abajo. Son dos estratos que se buscan por necesidades distintas. Ambas se combaten con consecuencias y con un sistema judicial vertical. La de abajo pudiera enfrentase a corto, mediano y largo plazo con educación y trabajo. La de arriba con institucionalidad, rectitud de intenciones y renuncia de ambiciones. No podemos estar con Dios y con el diablo.

Santo Domingo, R.D., martes, 13 de julio de 2010

http://www.clavedigital.com/App_Pages/opinion/Firmas.aspx?Id_Articulo=18121

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