lunes, 2 de agosto de 2010

Borges, impuestos y democracia





El Bulevar de la vida //
Pablo McKinney

Hay que rebatir a Jorge Luis Borges por aquello de que la democracia “es una superstición muy difundida, un abuso de la estadística”. Todo lo contrario: es la estadística quien abusa de la democracia, la golpea y la hace frágil, vulnerable.

Me refiero a que usted se levanta optimista, en plan salud mental porque el gobierno se reunirá hoy con unos dueños del país, que proponen un pacto fiscal que podría ser el inicio de una reforma integral donde paguen más quienes más tienen, y se pague más por lo superfluo y menos por lo fundamental. (No es lo mismo un Toyota Corolla que un Mercedes 600, una maquinaria industrial que la segunda villa en La Romana.) Pero no. No acaba uno de levantarse, cuando las estadísticas comienzan a aparecer como por arte del diablo, que no de magia.

Las estadísticas muestran un aumento sobre el 15% en los precios de los libros escolares que de forma oportunista son cambiados innecesariamente cada año. El país a veces parece una finca de los Corleone.

Por culpa de la estadística sabemos que para tomar agua potable una familia clase media gasta al mes cerca de cuatro mil pesos; que el país consume y paga unos 600 millones de galones de agua purificada cada año. Que mientras la clase media va privatizando los servicios que constitucionalmente son responsabilidad del Estado: agua, salud, educación, y ya no da más de tanto comprar inversor, cisterna, una “ladrona”, pagar colegio de barrio, clínicas, medicinas, pues miren que viene y se aparece como una maldición una nueva estadística para jorobarle el lunes: Sólo en julio las muertes violentas fueron 61 para llegar a 932 víctimas en lo que va de año. Y como la privatización de la seguridad no es asunto de clase media sino de ricos, ahora, además de apagados, sedientos, enfermos, desempleados y/o analfabetos funcionales, también andamos asustados por las calles, inseguros y temerosos, como un amante que perdió el camino de unos besos y no sabe ya qué hacer con tanta ausencia. Joder. Enfrentemos a Borges.

Es la estadística quien abusa de la democracia y sus peligrosas inequidades, convirtiendo lo que debe ser un lunes de fe, en un mal día de números que duelen. Por cierto, hablando de suplicios, dice el maestro: “El nombre de una mujer me delata. Me duele una mujer en todo el cuerpo.” (Pero a los dueños del país, ya lo ven, más que una mujer, le duelen los impuestos.)

Santo Domingo, R.D., lunes, 02 de agosto de 2010

http://www.elnacional.com.do/opiniones/2010/8/2/56214/El-Bulevar-de-la-vida
http://www.desdemiescritoriord.blogspot.com/

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