Orlando Gil
Diez
El PRD pudo haber sometido por la vía que considerara más oportuna (presidente de la República, Comité Político del PLD o Comisión del Senado) diez abogados de ese partido que fueran inobjetables desde cualquier punto de vista y conocedores profundos de los asuntos electorales. Evidentemente que ese no era procedimiento, pero era una forma de adelantarse a los acontecimientos y quitarse con tiempo un problema de encima. Si la escogencia iba a hacerse en base a curriculums, que ninguno de los aspirantes o de los nominados superara a los candidatos perredeístas. Que el pleno de la cámara alta tomara y dejara, pero siempre los que tomara serían del partido blanco. Sería un ejercicio puramente político, pero de cara a la opinión pública, que convendría en que el PRD hizo la tarea. Incluso, pudo seleccionarse cinco de la tendencia del presidente del partido y los otros cinco de las demás corrientes. Equidad en primer plano, y suficiencia en el segundo. Ninguno de los grupos tenía de qué o por qué quejarse, y el feo espectáculo de los forcejeos internos se quedaba sin espacio...
La palabra
La vía usada, aparentemente institucional, pone a perredeístas a pelear con perredeístas, y da oportunidad a que los oficialistas acentúen esas diferencias, y en vez de seleccionar miembros de la Junta Central Electoral, discriminen tendencias. La vez anterior fueron burlados por los peledeístas ¿por qué repetir la experiencia, incluso con el mismo candidato? Lo que había que hacer era aceptar la palabra al presidente del Senado, que dijo que consultaría con el PRD los asuntos de importancia (y la JCE lo es), y confiar en su nobleza. Si se olvidaba, o hacía una trastada, perdía Reinaldo Pared, o el PLD, y el PRD quedaba librado ante la opinión pública. El convencimiento de la gente es de que no le toca nada, pues en las elecciones hubo un barrido en cuanto al Senado, de manera que si al PRD le dan uno o dos, van ganando, y mucho. Ante que lo importante, está lo necesario, y lo necesario es tener presencia en el organismo: dos ojos para ver, dos orejas para oír y una nariz para oler a distancia cualquier posible componenda...
Razones
Lo que no está bien es que el principal partido de oposición (y electoralmente del país) ande plagoseando formar parte de la Junta Central Electoral, y que lo haga atendiendo a razones de lucha interna, y no de escrutinio nacional en sus vertientes presidencial, congresual y municipal. Esa visita que se comenta de Orlando Jorge Mera a Reinaldo Pared, sin que quede claro si fue de secretario general a secretario general, pues ambos comparten esa condición, o fue al presidente del Senado, da que pensar, y nada bueno. ¿Ruego o presión? El punto es interesante, pues como se dice una cosa, se dice la otra. Ese mismo Pared, según versiones que circulan, se reunió o se sigue reuniendo de manera oficiosa, y hasta oculta, con jefes de tendencias perredeístas. La competencia interna tiene como horizonte inmediato la escogencia de los integrantes de la Junta Central Electoral. Esa era una cuestión que debió manejarse con criterio institucional, y la subieron al ring, sin contar con el árbitro ni tener a mano la campana...
Maniobra
Los perredeístas deben tener en cuenta lo que hizo el Senado el pasado miércoles, cuando escogió a Félix Vásquez como miembro del Consejo Nacional de la Magistratura. Ese era un puesto que se creía reservado a Amable Aristy Castro, pero que ahora no se sabe qué pasará, pues a todas luces se trata de una maniobra política. Una presión difusa, pero también confusa. Se quiere obligar a Aristy Castro a que ocupe su curul, pero ¿podría graciosamente dar marcha atrás o podría la Suprema Corte de Justicia decidir siendo como es parte interesada? Los peledeístas dejaron ver que no está jugando...
Santo Domingo, R.D., viernes, 01 de octubre de 2010
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