Saudades
LIGIA MINAYA
"Si alguien quiere saber cuál es mi patria/ no la busque/ no pregunte por ella. / Siga el rastro goteante por el mapa/ y su efigie de patas imperfectas. / No pregunte si viene del rocío/ o si tiene espirales en las piedras/ o si tiene sabor ultramarino. (Pedro Mir)
Mucha gente me pregunta cómo es República Dominicana y se me hacen escasas las palabras para contarles de sus bellezas. Muchos solo saben de los problemas que nos aquejan. Sin embargo, echando a un lado a los políticos, a los violentos, a los delincuentes, a los depredadores de la naturaleza, que los hay en todo el mundo, nuestro país es una hermosura. Dicen que no se sabe lo que se tiene hasta que no lo pierde, y viviendo en la lejanía una se da cuenta que nuestros árboles florecen todo el año, que el mar se viste de azul intenso, de resplandores, de luna llena, que la gente es amable y solidaria, que beberse un café en compañía de una amiga, hablando de intrascendencias y mil cosas así, hacen de nuestro país una delicia, tan delicioso que dan ganas de comérselo.
Don Pedro Mir.
Pero los problemas vienen de muy atrás. Hace muchísimos años que Pedro Mir escribió estos versos, y todavía hoy continuamos con lo mismo. "No pregunte si hay minas infinitas/ todas inagotables, y luchas por salvarlas del saqueo, todas con cadáveres..." "Cuando empiece a bajar esta marea/ de ignominia/ y deje al descubierto hacia la aurora/ el fondo firme de los pueblos. / Día justo de enumerar las cordilleras/ y decir cuáles son las siete risas/ de la nueva semana y cuáles son / los meses que contienen alegría. / Entonces se sabrá cuál es la patria, y mucha gente irá con sus camisas de todos los colores." Como ustedes ven, mis queridos lectores y lectoras, se ha hecho poco por cambiar para bien la vida de los dominicanos.
Me dirán algunos que el mundo entero vive este proceso negativo, y es cierto, pero... si mi vecina es prostituta, yo no tengo razón alguna para serlo. Tenemos un país hermoso, rico en sus tierras, enclavado en un lugar privilegiado donde los grandes han querido hacerse dueños, pero quienes los han dirigido desde siempre no le han dado la importancia requerida. Se han secado lagos para construir hoteles, se ha echado atrás parte del mar para vender playas a extranjeros, se han quemado bosques, secado ríos y, lo que es peor, no se ha puesto la mirada en educar al pueblo. ¿Y quién lo va a educar, me dirá usted? ¿Los políticos? ¿Esos que su ego es tan grande que no cabe dentro de la isla? Y es cierto. Nuestros políticos prometen y no cumplen, ofrecen y no dicen cómo lo harán. ¿Y entonces?
Tiene razón Pedro Mir. "Si alguien quiere saber cuál es mi patria/ le diré en una tarde americana. / Cuando el mundo se quite la cabeza/ y le arranque la espina innominada. / Cuando el hilo de todas las fronteras, teja como una alfombra todas las patrias." "Y el día que estalle/ la libertad suprema y soberana/ procure estar bien cerca y bullicioso/ porque habrá una gran patria, / una grande, inmensa, inmóvil patria para todos, y no habrá ni un país para estas lágrimas..." Ojalá Dios me dé vida y salud para ver esa nueva patria.
Denver, Colorado.
Santo Domingo, R.D., sábado, 20 de agosto de 2011.
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