viernes, 5 de agosto de 2011

Sobre el trabajo y el juego


Mi voz escrita// 
JORGE HERRERA

Independientemente de la razón que le dispensa el libro Génesis (17-19) de las llamadas Sagradas Escrituras a El Negrito del Batey, para pregonar que el trabajo lo hizo Dios como castigo, lo que sí tiene asidero es la sentencia que aún no se sabe por cuál motivo o circunstancia pronunciara Oscar Wilde, uno de los más ilustres ingleses de la segunda mitad del siglo XVIII.

“El trabajo nos libra de tres insufribles calamidades: El vicio, el aburrimiento y la necesidad”, dice el brillante intelectual, quien por unas relaciones íntimas con lord Alfred Douglas, hijo del marqués de Queenberry, fue encarcelado tras ser acusado de sodomía por éste y condenado en 1895 con apego a la Ley de Enmienda de lo Penal de 1885, que proscribió las relaciones homosexuales.

Oscar Wilde. 

Pero, ese no es el caso que me ocupa. A lo que quiero referirme, es a la forma abusiva y cuestionable  con que Leonel Fernández y secuaces han permitido que proliferen los juegos de azar, sobre todo el de lotería, la forma más sutil y perversa de esquilmarles los magros ingresos a los depauperados, no sólo por su condición económica y social sino por su secular ignorancia.

El pasado martes, Leidsa, el mayor emporio de bancas de apuestas y de lotería, aumentó a dos veces diario sus variados sorteos; y hace cinco meses Lotto Real está realizando cuatro rifas al día. Como si no fuera suficiente el daño que desde la funesta ocurrencia del padre Billini se le ha hecho a la sociedad dominicana con tantos malditos juegos.

Sin temor a ser tremendista, pienso que se incurre en complicidad cuando, a sabiendas de que la perniciosa práctica es ideal para el lavado de activos, las instancias llamadas a perseguir los delitos no se dan por enteradas, y la inmunidad campea por sus fueros.

Finalmente, y por una curiosidad que me corroe el alma, me gustaría saber si para Pro Consumidor el jugador compulsivo u ocasional, consume o no…

Santo Domingo, R.D., viernes, 05 de agosto de 2011.

No hay comentarios:

Translate