EDUARDO ALVAREZ
Cuando el “Estado lo venció” Danilo tuvo la oportunidad de salir airoso, sacando de abajo agallas, a lo mejor subestimadas por Leonel Fernández. Apenas tronó, guardó un prolongado silencio.
El tiempo nos ha permitido tener a mano la explicación a un silencio que entendíamos estratégico y prudente en el mejor de los casos. Pero ya vemos que sólo los creadores son duros.
Más que de protesta o denuncia, aquel Grito de Danilo no emula el de Lares ni el de Dolores, precursores de las independencias de Puerto Rico y México. Fue un lamento claudicante, aceptando una derrota irremediable e infinita.
Tuvo que esperar una publica señal del presidente Fernández para aceptar a su esposa, Margarita de Fernández, como compañera de boleta. Para nadie es un secreto que la primera dama no estaba entre sus candidatos favoritos.
Las aspiraciones de un mandatario se hacen públicas, precisamente, cuando manejos discretos no funcionan. Es probable que haya ocurrido así en el caso de la eventual candidata vicepresidencial del PLD, lo cual evidencia la resistencia frente a una decisión, a punto de ser acatada como una imposición.
Pero esta es sólo la consagración de una serie de obligaciones que enajenan una pretendida independencia e individualidad pregonada en las promesas de campana de Danilo Medina. “Hacer lo que nunca se hizo” y “Cambiar lo que está mal” no cuadran en la continuidad del presente escenario político. O, por lo menos, nadie cree que sean sinceras ni posibles con las mismas directrices.
Para que no quepa la menor duda de que seria más de lo mismo, de llegar al poder, Danilo saluda a las multitudes haciendo la L de Leonel, el vez de la D de Danilo, que igual puede formar con el mismos dedos índice y pulgar.
Conocedor de las inescrutables fuerzas de las ruedas del poder, habrá interpretado –acaso, aceptado- su rol de taponero hasta el 2016, sin tocar en lo más mínimo el orden establecido por su jefe político.
¿Miedo a ser aplastado de nuevo o paciente simulación? El poder lo vale y lo explica todo. ¿Pero merece ser ganado por quien no tiene las manos libres? Los títeres apenas son buenos en teatros infantiles.
Santo Domingo, R.D., martes, 27 de septiembre de 2011.
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